Por el azote de la inflación bajó la calidad de lo que comen los mendocinos: cómo buscar opciones saludables
Los consumidores se vuelcan a marcas de menor calidad o a la compra de alimentos que no se encontraban entre sus preferencias. Qué opciones poner en práctica para comer mejor sin gastar de más.
La inflación que golpea a las familias -sobre todo en cuanto al incremento de los alimentos y bebidas- está haciendo cambiar los hábitos de alimentación de los mendocinos.
Diario UNO consultó con especialistas en esta problemática, y además de confirmar que sí está sucediendo, mencionaron qué se puede hacer para comer en forma un poco más saludable, sin que esto represente un desfinanciamiento en la economía familiar, por el contrario, puede ayudar a encontrarle la vuelta para que el presupuesto pueda rendir un poco más.
Los compradores han bajado la calidad de los alimentos y bebidas que consumen a diario.
Cambios en los hábitos de consumo
Según aseguró Rubén David, dueño del conocido supermercado mayorista, en Mendoza la gente no ha bajado el volumen de lo que consume, pero sí la calidad. Es que con los índices de inflación que azotan el bolsillo, comprar cada mes la comida resulta muy difícil.
“Lo que hacemos es medir por caja lo que se consume, y notamos es que ha bajado la calidad, quienes compraban fideos de trigo candeal, hoy compra de trigo común, con la harina pasa lo mismo. Se lleva la tres ceros en lugar de la cuatro ceros”
David puntualizó que una de las muestras más contundentes de lo que ocurre, es lo que la gente va dejando en las cajas.
Vemos los changos que los clientes llenan con todo lo que quieren llevar y cuando pagan, pasan lo que pueden llevar, muchas de las cosas que en otras épocas consumían y ahora no alcanza la plata para hacerlo, quedan en las cajas
Otra de las problemáticas que tienen, más desde el lado del mostrador que le corresponde a los comerciantes, es que no hay surtido de productos.
“No aparecen nuevas marcas. Las que hay no tienen espalda para bancar la crisis, no tienen crédito. La realidad es que los supermercadistas no tenemos poder de negociación, les rogamos a las empresas que nos vendan pero no se puede negociar, porque no hay stock”.
Tips para alimentarse mejor sin gastar más
En cuanto a cómo podemos superar las opciones menos favorables para la salud y que esto no signifique agregarle valor a la canasta familiar, la nutricionista Vanina Leceta y la chef Marisa Ortiz -especialista en cocina saludable- aportaron consejos prácticos.
Preparar alimentos en la casa, eligiendo productos de estación y agregando legumbres, es una de los aportes que realizaron la licenciada en Nutrición, Vanina Leceta y la chef especialista en comida saludable, Marisa Ortiz
En primer lugar, mencionaron la posibilidad de realizar compras por cantidad, reuniéndose por familia, para adquirir frutas, verduras y granos. No solo porque sale más económico, sino porque la compra se aprovecha mejor.
También sugirieron cocinar más en casa, y reemplazar así alimentos envasados para la merienda o el desayuno.
“Un paquete de galletas cuesta $400 o $500. Con este dinero se pueden preparar budines, galletas o muffins en la casa, y rinden mucho más”, destacó la nutricionista.
En el mismo sentido, recomendaron adquirir productos naturales: “Comprar todos los días un alfajor para la merienda se puede reemplazar por frutos secos o maní, que tienen muchísimas propiedades”, sumó la chef, que además de su emprendimiento saludable, es mamá de niños pequeños.
Si bien es difícil convencer a los niños y niñas para que cambien sus hábitos de alimentación sin que esto signifique un gasto familiar extra, la chef y la nutricionista sugirieron involucrarlos en las compras.
Una opción que aportó acerca de cómo convencer a los chicos para que acepten otras opciones por fuera de las más industrializadas, fue la de involucrarlos en las compras y que participen en la preparación. “Es más fácil que un niño acepte incorporar nuevos sabores y comida menos industrializada si se incorpora en la situación”, manifestó la chef.
Por último, mencionaron la posibilidad de planificar, no solo la compra, sino el menú de la semana. Esto da la posibilidad de poder pensar lo que se va a comer y cómo reemplazar la carne por otro tipo de alimento que aporte proteínas, como las legumbres.