Qué provincias ganan y pierden con las “intervenciones” de la Nación, y en qué lugar aparece Mendoza
El cálculo muestra una foto aproximada de los impactos redistributivos que tienen las intervenciones del gobierno nacional entre provincias a través de los recursos aportados por éstas y los que les llegan efectivamente a partir de la distribución que efectúa el gobierno central.
Un factor que contribuye a las permanentes tensiones y polémicas en torno al federalismo fiscal es su complejidad. Prevalece mucha confusión y ambigüedad al tratar de identificar quiénes son los beneficiados y quiénes los perjudicados como consecuencia de las intervenciones nacionales.
El ranking de distritos “privilegiados” y “discriminados” es muy distinto según qué parte de la realidad se tome. Las metodologías de Residuo Fiscal Neto (RFN) y de Saldos Fiscales Provinciales (SFP) procuran cuantificar, con una visión más amplia, los impactos de la política fiscal nacional sobre cada jurisdicción.
Ello surge de los apuntes del “Seminario de Federalismo Fiscal Mendoza”, donde se advierte que, “si bien en general surgen flujos de redistribución geográfica de recursos de provincias de mayor desarrollo relativo hacia provincias más rezagadas, persiste aún una gran dispersión de situaciones y arbitrariedades”.
Y añade: “Ni el aporte ni la recepción de recursos guarda una correlación directa con el nivel de desarrollo”. En tal sentido, entre otras cuestiones, los autores concluyen que, “a excepción de Mendoza, son solamente las provincias avanzadas (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) las que aportan todos los recursos (residuos fiscales negativos: la provincia aporta más de lo que recibe a través de gastos y transferencias) que permiten la existencia de residuos fiscales positivos en el resto de las jurisdicciones“.