Los dilemas de Cornejo, entre la queja de los gobernadores y la furia de los policías de Mendoza

 Los dilemas de Cornejo, entre la queja de los gobernadores y la furia de los policías de Mendoza

Tras su gira por España, el gobernador debe resolver millones de quilombos, locales y foráneos.

Mendoza es un quilombo. Total. Por donde se mire, la provincia parece a punto de estallar. Paritarias por acá, protestas por allá. Sin mencionar las quejas de los policías, siempre a punto ebullición.

A ello hay que añadir la inseguridad que viene atacando a la provincia, con una ferocidad pocas veces vista. No es un fenómeno local, es cierto, pero no por ello debe dejar de prestársele atención. Todo lo contrario.

Es la Mendoza que recibe Alfredo Cornejo luego de permanecer fuera de la provincia durante varios días, en una gira por España de carácter incierto. De la cual se conocen pocos detalles.

Acaso alguna que otra gacetilla que supo publicar el gobierno de Mendoza cada tanto, para contar que estuvo con tal o cual persona u organización. Todo un dogma de fe.

Su ausencia inquietó incluso a sus colegas, los gobernadores de Juntos por el Cambio, que unieron fuerzas a efectos de negociar cambios en la Ley Bases de Javier Milei.

Pero Cornejo nada de nada. Permaneció ahí, ausente, incluso en las redes sociales. Su último posteo fue el pasado 26 de enero. Luego, c’est fini.

Recién reapareció anoche miércoles en un evento de la UCR mendocina, junto a uno de sus “alter ego”, Andrés “Peti” Lombardi, “ratificando el compromiso para fortalecer el radicalismo en todos los departamentos de la provincia, como así también el Frente Cambia Mendoza”. Según la gacetilla ad hoc.

Frente a todo lo dicho, la oposición decidió hacer mutis por el foro. El PD siempre es insustancial, pero el peronismo directamente ha desaparecido. Y La Unión Mendocina parece seguir los mismos pasos.

Solo prevalecen los referentes del Partido Verde, que han decidido tomar la posta de los reclamos policiales. Con una virulencia que mueve a la sospecha.

Como se dijo en este mismo espacio, Cornejo no se inmuta por lo que debe solucionar. Juega a varias puntas. Y atacará por donde menos se espera.

En torno a la cuestión policial, ha dado instrucciones a la flamante ministra Mercedes Rus para que maneje la cuestión paritaria con la gente de Amuppol, siempre afectos a negociar “bajo mesa”.

Para desinflar los reclamos de los uniformados, acordaron adelantar las negociaciones a febrero, tal cual muestra el siguiente documento.

Será un alivio a medias para Cornejo, ya que se avecina otra queja: los policías juran que no les han liquidado las asignaciones familiares de enero. Y están furiosos por ello.

Sobre todo aquellos que cobran asignación por hijo con discapacidad, cuyo monto puede llegar hasta los 67 mil pesos por mes. Es una ayuda nada desdeñable.

Habrá que ver cómo sigue este nuevo frente de batalla. Porque ya son demasiados los que están abiertos. Y los recursos de Cornejo son limitados. Más que nunca.

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