Cornejo y la Corte afinan un plan para agilizar las adopciones de 147 niños que esperan una familia
Alfredo Cornejo y la jueza de la Corte Teresa Day trabajan en aceitar el proceso de adopción, sobre todo de los grupos de hermanos y chicos con discapacidad.
Para un niño que lleva meses o años viviendo en un hogar del Estado el proceso de papeleo judicial que se debe hacer para llegar a una familia que lo adopte parece eterno. Y aunque suene despiadado, ese tiempo se prolonga aún más si es que los chicos esperan ser adoptados junto a un grupo de hermanos o si alguien tiene alguna discapacidad.
La triste realidad es que los adoptantes prefieren integrar a sus familias a bebés o a niños pequeños, por lo que aquellos chicos que son mayores de 7 años, están con hermanos o padecen algún tipo de discapacidad parecen condenados a crecer en un hogar estatal.
Hoy en Mendoza hay 147 de esos chicos que están en condición de adoptabilidad pero por una razón u otra siguen pasando sus noches en los 39 hogares que hay en toda la provincia. Ante esta histórica situación, Alfredo Cornejo y la jueza de la Corte Teresa Day que coordina el fuero de Familia, delinean un plan para agilizar esas adopciones, aceitar el trabajo de entrecruzar datos entre la Subsecretaría de Infancia, Adolescencia y Juventudes y la Justicia, y romper con históricos patrones que sólo impiden que la adopción se concrete.
Sin mayores rodeos el mismo Cornejo les enrostró a los jueces ese retraso en las adopciones en el acto de inicio del año judicial. “No puede ser tan traumático adoptar un niño” les marcó.
Días atrás en diálogo con Diario Uno, el gobernador retomó el tema como uno de esos ejes que le obsesiona resolver junto con el Poder Judicial. “Ese retraso en el proceso (de adopción) además hace que colapsen los hogares del Estado, los chicos se crían en un hogar del Estado y eso no es una buena crianza, más allá del gran trabajo que hace mucha gente en esos hogares. Por eso con Teresa Day trabajamos en agilizar este año todas las adopciones”, adelantó.
En parte el reclamo de Cornejo apunta a que sabe que actualmente hay unos 70 chicos que esperan sentencias de distintos juzgados de Familia para ser ingresados en el Registro Único de Adopción (RUA) y quedar en condiciones de tener una familia como los 147 menores que ya están en la nómina.
El dilema de tener hermanos a la hora de ser adoptado
En los distintos hogares de la provincia hoy pasan sus días 147 niños que ya tienen la condición judicial de ser adoptados. Esto es que un juez de Familia agotó las instancias previas de vinculación con su familia de base o incluso su familia extensa y definió que ese chico puede ser adoptado por otra familia.
Sin embargo, en esas pequeñas historias individuales aparecen un par de complicaciones más. Hay 69 chicos que esperan junto a sus hermanos. Entre ellos hay 25 grupos familiares, es decir hay grupos de dos o tres hermanitos.
Además entre esos 69 chicos, hay 13 que tienen algún tipo de discapacidad. Y solamente 15 de ellos son menores de 8 años.
De los 147 chicos que hoy podrían ser adoptados en Mendoza, 69 pertenecen a grupos de hermanos, que justamente por esperar a que una familia los adopte a todos suelen pasar mucho más tiempo alojados en hogares del Estado.
En otras condiciones, tal vez esas particularidades podrían pasar desapercibidas. En materia de adopción son determinantes que definen el destino de esos chicos.
“La realidad con la que nos encontramos es que los pretensos adoptantes no quieren grupos de hermanos y en los registros que firman dejan claro que pretenden adoptar a niños menores de 3 años, eso dificulta mucho las cosas y nos obliga no sólo a concientizar sobre la necesidad de que los futuros padres amplíen sus aspiraciones, sino también a cambiar históricos patrones”, comenzó diciendo Teresa Day.
Las últimas estadísticas de enero pasado mostraban que habían 384 legajos de adoptantes en lista de espera. Del total el 89,5% desea ser padre de un menor de 3 años, y sólo el 7,81%, es decir 30 familias, está dispuesto a adoptar un joven de 16 o 17 años que aguardó toda su vida en algún hogar.
Esos mismo registros resaltan que sólo el 41,4% aceptaría adoptar a más de un niño.
Con los análisis de datos de cómo se han otorgado las últimas adopciones y ante el indiscutible hecho de que los grupos de hermanos son los que más tiempo esperan por una familia, tanto que los mayores suelen ser adolescentes que atravesaron casi toda su infancia en un hogar, ahora planean un cambio de estrategia.
“No hay porqué condenar al hermanito más pequeño a la historia de vida de su hermano mayor“, explican como un adelanto de la nueva estrategia con la que buscan cambiar parámetros.
Si bien históricamente se buscó que los grupos de hermanos vivieran juntos y crecieran con una misma familia de adoptantes, ante la traba que eso genera ahora implementarán que cada chico de ese grupo de hermanos tenga su propio expediente judicial con su correspondiente condición de adoptabilidad para propiciar que pudiera ser adoptado por separado.
Con el objetivo de acelerar las adopciones, también se avanzó en un paso que pareciera básico, pero que evidentemente no estaba: ahora existe un entrecruzamiento de datos y expedientes de manera tal de que todos los organismos involucrados en un potencial caso de adopción tengan acceso al avance que se genera.
“Hemos gestado un nuevo vínculo con el Poder Judicial por el cual tenemos acceso al sistema informático que ellos manejan, lo que nos permite tener una notificación al instante de las actualizaciones de un expediente que por ejemplo logró el estado de adoptabilidad. Eso hace que se activen en el momento los mecanismos para la búsqueda de los adoptantes y a la vez hace que esos chicos no pierdan el valioso tiempo que pueden tener con su familia adoptante”, explicó Verónica Álvarez Ocampos, subsecretaria de Infancias, Adolescencias y Juventudes, de quien dependen los 39 hogares de la provincia.
Cómo la edad o alguna discapacidad frenan las adopciones
De aquellos 147 chicos que hoy podrían ser adoptados en la provincia hay 78 que no tienen hermanos, sino que esperan en soledad que una familia pueda acogerlos.
Sin embargo, sí tienen en su historia de vida algo que hace que se frenen sus adopciones. Veintinueve de ellos presentan alguna discapacidad, en algunos casos incluso devenida de una adicción de sus padres biológicos. Y a eso se suma que 63 de ellos tienen más de 10 años, lo que los aleja de las pretensiones de los padres adoptantes, que entienden que con esas edades se les puede dificultar la crianza.
“A nosotros como Estado nos corresponde arbitrar los medios para que esos chicos que llegan a un hogar puedan crecer sin que se les vulneren sus derechos. Pero ante esta realidad también tenemos que concientizar a los adoptantes para ampliar esos proyectos de adopción, de manera tal de que puedan pensar en que esos chicos y adolescentes necesitan con urgencia una familia, y que no pongan por delante sólo su exclusivo deseo de adoptar un bebé”, marcó Álvarez Ocampos.
Para avanzar en esa idea de sensibilizar a los posibles adoptantes, desde la Justicia han ideado una campaña de difusión mediática que hace foco en las capacidades de esos chicos, y pone detrás de esas cualidades su discapacidad o el hecho de que sean adolescentes.
“El pequeño, es un niño dulce, feliz, activo, tranquilo, curioso, juguetón, observador y muy dormilón; lleno de vida que transmite su alegría con su mirada y que emplea la sonrisa como forma de establecer contacto con el otro. Adora interactuar con otros niños, salir a pasear al aire en su cochecito o andarín y jugar con animales. Tiene excelente disposición a lo nuevo, va a atención temprana y al jardín; esto ha permitido en este corto tiempo de vida, haber avanzado mucho en su desarrollo y adquirido nuevos aprendizajes”, resaltaba la comunicación del caso de un niño de un año y 8 meses que se difundió a fines de febrero un Juzgado de Familia de Las Heras.
Ese niño en particular tiene una enfermedad renal crónica que le generó una discapacidad y lo obliga a asistir a urología y nefrología una vez al mes. Además requería de controles en gastroenterología, hematología, cardiología, neurología y nutricionista, entre otros.
A pesar de ser un bebé, esa sola discapacidad retrasaba su adopción por lo que se decidió difundir su caso en búsqueda de una familia.
Ahora, en la Justicia también decidieron que esas campañas mediáticas se puedan -con los cuidados necesarios- difundir en las redes sociales.
En paralelo, tanto en Instagram, X (ex Twitter) o Tik Tok, diferentes organizaciones han creado sus cuentas para acompañar a los padres en su proceso de espera y promover la adopción de niño, niñas y adolescentes.
Militamos Adopción o Red Argentina Adopción, son cuentas que con publicaciones interactivas y llamativas trabajan para que más personas conozcan sobre las convocatorias públicas de todo el país y puedan anotarse. Además, incentivan a que más padres amplien sus legajos a chicos mayores de 10 años.