Desesperanza tras fraude electoral aviva sentimiento de huir del país
Distintos venezolanos consultados por DLA coinciden en que la falta de oportunidades y las condiciones económicas y sociales son algunas de las razones que los han llevado a tomar la decisión de emigrar.
El descontento y la desesperanza que dejaron los fraudulentos resultados de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio en la mayoría de los ciudadanos que esperaban un cambio político en Venezuela, los lleva a mirar la migración como la única salida a la crisis.
Aproximadamente, una cuarta parte de la población venezolana ha salido de Venezuela desde que Maduro llegó al poder hace 13 años. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), casi ocho millones de venezolanos están viviendo en otros países, lo que ha ocasionado una de las mayores crisis migratorias en la historia reciente del mundo.
Luego de los comicios venezolanos en los que el Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, proclamó ganador a Nicolás Maduro, sin mostrar, hasta el momento, las actas por mesa de votación como establece la ley, un tercio de los venezolanos está haciendo planes para emigrar, según un sondeo reciente realizado por la encuestadora Meganalisis, entre el 8 y 11 de agosto.
A la lista de migrantes se suman miles de profesionales y jóvenes que ya no ven una oportunidad de cambio. Entre ellos, una administradora, que debe dejar a sus hijos para poder construirle un mejor futuro lejos de su país; una arquitecto, dispuesta a abandonarlo todo para conseguir mejor calidad de vida en el extranjero, y una abogado que teme a la represión y persecución del régimen.
“Ya esperé 25 años”
La arquitecta venezolana Manuela Álvarez señala, al ser consultada por DIARIO LAS AMÉRICAS, que al igual que muchos venezolanos, tenía la esperanza de que se diera un cambio democrático en Venezuela. Sin embargo, la decisión de migrar de Venezuela la había tomado antes de los comicios del 28 de julio.
“Solo me quedé para ejercer mi voto y decir que pude elegir el destino de mí país, aun estando consciente de que el régimen podría actuar como lo ha hecho en los últimos años”, señala Álvarez, una caraqueña de 62 años que planea emigrar a Argentina en las próximas semanas junto a sus hijas.
“Ya esperé 25 años, ya no puedo esperar más. Siento que era nuestra última esperanza. Si no hay una solución a la crisis vamos a seguir con este modelo muchos años más. Es frustrante, da tanta rabia y tristeza ver lo que ocurrió después del 28 de julio, ha pasado tantas veces que solo quiero que mis hijas y yo tengamos un futuro mejor, aunque sea fuera de nuestra tierra”, añade.
Sueños arrebatados
Este sentimiento es compartido por Andrea Rivero, otra de las consultadas, que tiene planeado viajar a España la próxima semana. Sólo estaba esperando el resultado de las elecciones presidenciales para decidir si dar el paso de abandonar su país.
“Debido a que no se dio la única esperanza que teníamos de recuperar el país, que aceptaran la victoria de Edmundo González, he decidido buscar las oportunidades que nos han arrebatado de cumplir nuestras metas y el sueño tener una vida digna”, expresa la abogada de 28 años de edad.
Asimismo, indica que a pesar de que espera que con la presión de la comunidad internacional el régimen acepte los verdaderos resultados que demuestran que Edmundo González es el presidente electo y se concrete la libertad de Venezuela, no ve ninguna salida a la situación, porque “todos los poderes del estado están al servicio de Nicolás Maduro”.
Rivero destaca que después de las elecciones ha aumentado muchísimo la represión, persecución, y detenciones a quienes piensan diferente, “lo que se ha vuelto un riesgo para todos los que luchamos por recuperar nuestro país, por lo que nos hemos visto obligados a tomar esta decisión tan difícil”.
Falta de oportunidades
Los consultados también coinciden en que la falta de oportunidades, los bajos salarios y la poca oferta laboral son algunas de las razones por las cuales insisten en sus planes de vida en otros países.En el caso de Sugeri Barreto, una administradora de 39 años, que también planea abandonar Venezuela para residenciarse en Chile, enfatiza que es muy difícil tener oportunidades en su país si el régimen continúa en el poder.
Barreto, quien asegura irse con el alma rota al tener que abandonar su hogar y dejar a sus hijos, expone que en vista de que, por ahora, no se logró el cambio, se va de Venezuela “con sentimientos de mucha nostalgia y tristeza con la esperanza de regresar algún día”.
Considera que la solución a esta situación no se generará a corto plazo. “Sinceramente no lo veo cercano. Muchos más venezolanos tomarán la decisión de irse a otros países a buscar una mejor calidad de vida, porque la situación no va a cambiar y se pondrán aún más difíciles los problemas sociales y económicos como la falta de servicios básicos, la inflación y la inseguridad”, afirma.
El fraude electoral
El 28 de julio, Venezuela fue testigo de unas elecciones presidenciales en las que el CNE proclamó a Nicolás Maduro presidente electo para un tercer mandato de seis años, sin permitir la verificación de los resultados disgregados. A su vez, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) dio por ganador al abanderado opositor Edmundo González, tras recolectar y publicar el 80% de las actas de votación.
Esta acción de la dictadura chavista, avalada por los Poderes del Estado, desató la indignación y el rechazo de la oposición democrática, liderada por María Corina Machado —quien se encuentra en resguardo tras las amenazas de detención en su contra—, y por más de 20 países de la comunidad internacional, además de organizaciones internacionales, que han exigido la transparencia de los resultados y no reconocen la supuesta victoria de Maduro.
Por el contrario, el régimen decidió que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a su control, sería el organismo encargado de certificar el resultado, al solicitar el proceso de peritaje. A casi un mes de las elecciones, la Sala Electoral del máximo tribunal convalidó mediante una sentencia el anuncio emitido la madrugada del 28 de julio por el presidente del CNE, Elvis Amoroso.
En tanto, la oposición publicó en una página web las actas electorales que confirman como presidente electo al diplomático Edmundo González, quien también se encuentra en la clandestinidad, luego de que un tribunal venezolano emitió el pasado lunes una orden de captura en su contra por petición de la Fiscalía General, que lo acusa de delitos de usurpación de funciones, conspiración, terrorismo, entre otros, por supuestamente usurpar competencias del CNE.
No solo es la crisis por los resultados electores que obliga a miles de venezolanos a marcharse, también existe el temor a la represión sin precedentes por parte de la dictadura, que ha sido calificada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como “terrorismo de Estado”, contra la disidencia opositora y los ciudadanos que han salido a manifestar su rechazo y exigir que se respete su voluntad soberana.
Hasta ahora, hay cerca de 25 personas fallecidas y más de 2,000 presas, tras las protestas postelectorales, según distintas organizaciones venezolanas encargadas de documentar las detenciones y muertes en la nación suramericana.