Cómo funciona actualmente la exTélam: Javier Milei la convirtió en APESA e informa de manera interna

Aproximadamente 230 empleados continúan operando, produciendo contenidos que circulan de manera interna en el Estado.

El cierre de la agencia de noticias Télam representó un hito emblemático del “plan motosierra” implementado por el Gobierno de Javier Milei. A principios de marzo, el Ejecutivo anunció el cese de funciones de la agencia, clausuró su sede principal y dispensó de sus tareas a los 780 empleados. Nueve meses después, aproximadamente 230 trabajadores continúan operando en silencio, produciendo contenidos periodísticos y publicitarios que circulan exclusivamente dentro de la estructura estatal.

En el emblemático edificio de la avenida Belgrano 347, la histórica sede de Télam sigue albergando actividad. En el exterior, el logo de la agencia está tapiado con un panel acrílico blanco, ocultando su presencia ante el público. Dentro, los empleados continúan generando textos, infografías, videos y fotos, pero estos ya no se distribuyen a través de canales públicos como la cablera o la web. En su lugar, los contenidos se envían directamente a los canales y señales de radio del Estado, limitando su difusión a un público interno. Muchos de estos empleados aún desconocen el destino exacto de sus producciones.

Reestructuración y reasignación de personal
La reestructuración de Télam comenzó en septiembre, bajo una intervención gubernamental que dispensó a gran parte del personal. De los 780 empleados inicialmente, alrededor de 352 optaron por un plan de retiro voluntario, mientras que cinco fueron desvinculados por “otros motivos”, según el informe presentado por Guillermo Francos al Senado esta semana. De los 412 restantes, 233 trabajadores, principalmente del área de prensa, cedieron sus contratos a Radio y Televisión Argentina (RTA), manteniendo sus condiciones laborales y sueldo, pero continuando sus funciones dentro del edificio de Belgrano. Los otros 200 empleados se incorporaron a la nueva empresa estatal creada por el Gobierno: la Agencia de Publicidad del Estado Sociedad Anónima Unipersonal (APESA).

Producción interna y limitaciones operativas
Actualmente, APESA y sus empleados producen contenidos destinados únicamente al cliente interno del Estado. Estos incluyen notas, infografías, videos y fotos que son utilizados por los medios públicos, como canales de televisión y radios estatales. La distribución se realiza a través de sistemas internos, eliminando la antigua cablera que permitía la difusión a medios privados que pagaban por el servicio o compensaban con publicidad oficial. Esta transformación ha reducido significativamente los ingresos de la agencia, aunque de manera discreta.

Los contenidos elaborados se enfocan principalmente en anuncios, eventos protocolares e información oficial, incluidas las conferencias de prensa del vocero Manuel Adorni. Además, se realizan grabaciones para aproximadamente 100 radios del interior, placas para programas de televisión y gráficos para redes sociales.

La reconversión de Télam en APESA aún está en proceso. El decreto 548/2024 oficializa la transformación, definiendo a APESA como una entidad encargada de la elaboración, producción, comercialización y distribución de material publicitario nacional e internacional. A pesar de este cambio, la empresa aún debe completar trámites en la Inspección General de Justicia y adoptar su propia cartelería, ocupando formalmente la sede de la calle Bolívar.

El Gobierno busca que APESA se convierta en una agencia rentable, integrando contenidos públicos y facilitando colaboraciones entre diferentes medios estatales. La incorporación de canales como Paka Paka y Encuentro al edificio de Belgrano, junto con la infraestructura y personal de Contenidos Públicos SE, apunta a una unificación y optimización de recursos.

Impacto en los empleados y la producción
A pesar de la reestructuración, no se han reportado reclamos judiciales hasta la fecha. Los empleados que permanecen en sus funciones bajo el nuevo esquema continúan desempeñando sus labores en un entorno más restringido y controlado. La ausencia del bullicio típico de una redacción se hace notar en la sede de Belgrano, donde solo unas 15 personas trabajan en sus escritorios, mientras que otras áreas permanecen prácticamente inactivas.

Las producciones periodísticas ahora se limitan a contenidos oficiales y promocionales, sin la difusión masiva que caracterizaba a Télam. Este cambio ha reducido la visibilidad y el alcance de los trabajos realizados, enfocándolos exclusivamente en los medios estatales y eliminando cualquier posibilidad de ingreso económico a través de la publicidad externa.