Biden podría restablecer política de la era Trump y detener a familias migrantes
Se trataría de la propuesta más dura presentada hasta ahora por el presidente Biden, quien prometió un enfoque más humano hacia la crisis fronteriza cuando asumió el cargo.
El gobierno del presidente Joe Biden estaría considerando revivir la práctica de detener a las familias migrantes que cruzan la frontera ilegalmente, la misma política que el mandatario eliminó en los últimos dos años porque quería un sistema de inmigración “más humano”.
Si esta información, que publica hoy The New York Times se confirma, sería un cambio radical para el presidente Biden, quien asumió el cargo con la promesa de adoptar un enfoque más compasivo con la frontera después de las duras políticas de su predecesor, el expresidente Trump.
La administración Biden ha terminado en gran medida con la práctica de la detención familiar, en lugar de liberar a las familias en Estados Unidos temporalmente y usar pulseras en los tobillos, teléfonos celulares rastreables u otros métodos para rastrearlos.
La medida correspondería al temor de un aumento en la frontera después del 11 de mayo, cuando expire una medida de salud pública que ha permitido a las autoridades expulsar rápidamente a los migrantes, conocido como Título 42.
“Las nuevas y duras medidas de Biden, incluida una represión anunciada el mes pasado que podría descalificar a la gran mayoría de los migrantes para que no puedan buscar asilo en la frontera sur, han enfurecido a los defensores que dicen que el presidente está incumpliendo las promesas de campaña y adoptando un enfoque de la era Trump”, critica el medio.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que no se habían tomado decisiones mientras la administración se preparaba para el fin de la medida de salud pública, conocida como Título 42.
Los defensores de la detención familiar argumentan, según el medio, que disuadiría a las familias migrantes de viajar al norte.
Sin embargo, la práctica ha sido controvertida durante mucho tiempo, en parte debido a años de consenso científico de que detener a menores, incluso con sus padres, puede causar daños en el desarrollo.