Ahmad Motevaselian: ‘Primer mártir iraní’ en el camino de la liberación de Al-Quds
En sus reuniones de Noruz (Año Nuevo iraní) con las familias de Ahmad Motevaselian y sus tres asociados que desaparecieron en el norte del Líbano en 1982, el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianess de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Hosein Salami, hizo una revelación de que las familias habían esperado 41 años.
Motevaselian, agregado militar en la embajada de Irán en Beirut; Mohsen Musavi, encargado de negocios de la embajada; Taqi Rastegar Moqaddam, empleado de la embajada; y Kazem Ajavan, fotógrafo de la agencia iraní de noticias IRNA, fueron declarados mártires, poniendo fin a una larga y agonizante espera.
El general Salami elogió a Motevaselian como el “primer mártir iraní” en el camino de la liberación de Al-Quds y los territorios palestinos ocupados, y dijo que la resistencia en curso contra el régimen sionista del apartheid es el legado ilustre del gran comandante militar iraní.
Los cuatro hombres fueron secuestrados por la milicia falangista libanesa afiliada a Israel en el puesto de control de Barbara en el norte del Líbano el 4 de julio de 1982 y posteriormente entregados al Mossad (servicio de espionaje Israel).
Durante los últimos 41 años, hubo informes contradictorios sobre su destino. Mientras que algunos afirmaron que habían sido asesinados por el grupo de milicianos, otros creían que todavía estaban vivos, languideciendo en las cárceles israelíes.
En diciembre de 2011, el equipo de documentales de Press TV siguió a Seyed Raed Musavi, hijo de Mohsen Musavi, uno de los cuatro hombres secuestrados, mientras se esforzaba por obtener rastros de su padre y otros tres.
Pero la espera continuó hasta hace unos días cuando el general Salami oficializó su martirio.
El nombre de Motevaselian figuraba entre los estrategas militares iraníes más destacados en el momento de su secuestro, principalmente por su influyente papel durante la guerra Irán-Irak cuando, bajo su mando, la 27.ª División Mohamad Rasul Allah liberó Jorramshahr, el punto de inflexión en la guerra impuesta.
La Operación Fath al-Mobin en abril de 1982 en el distrito de Dashte Abbas, que él dirigió, allanó el terreno para la liberación de la ciudad estratégica de las fuerzas baasistas del dictador militar iraquí Sadam Husein.
Antes de eso, encabezó la misión de aplastar la militancia kurda en 1979, dos meses después de la Revolución Islámica, estableciendo su estatura como un comandante curtido en la batalla que lideró desde el frente.
Después de la liberación de Jorramshahr, cuando el régimen israelí lanzó ataques en varios frentes contra el sur del Líbano, se le pidió a Motevaselian que encabezara una delegación político-militar de alto rango a Damasco para discutir formas de ayudar al pueblo y al liderazgo libanés.
Además de comandar la brigada, participó activamente en misiones de reconocimiento y lideró feroces ataques a posiciones enemigas. Según el entonces jefe del CGRI, Mohsen Rezai, en un discurso a sus camaradas antes de partir hacia Siria y El Líbano, Motevaselian les dijo que escribieran su última voluntad.
Uno de sus mayores logros fue entrenar a los combatientes de la Resistencia libanesa, que luego formaron el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá). Incluso sugirió el nombre ‘Hezbolá’ en una reunión en Baalbek a la que asistieron los principales líderes de la Resistencia libanesa e iraní.
Días después de la histórica reunión, el 5 de julio de 1982, un vehículo que transportaba a Motevaselian y otros tres se dirigía a la embajada iraní en Beirut cuando fue detenido por un grupo de milicianos encabezado por Samir Geagea, respaldado por el Mossad, en un puesto de control en el norte del Líbano. Después de eso, nadie supo de ellos.
Durante las últimas cuatro décadas, se desconocía su paradero. Algunos informes sugirieron que fueron asesinados por un pelotón de fusilamiento bajo el mando de Gaegea, actuando por orden de la agencia de espionaje israelí.
Sin embargo, Hezbolá, así como algunas autoridades iraníes, insistieron en que los cuatro hombres aún estaban vivos. En mayo de 2016, el entonces ministro de Defensa iraní, Hosein Dehqan, anunció que tenían evidencia que demostraba que los secuestrados todavía estaban vivos y en cautiverio israelí.
Una cosa, sin embargo, estaba inequívocamente clara. La implicación del régimen israelí en su secuestro y, lo que es oficial ahora, su martirio. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán en julio de 2019 pidió al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que aclarara su paradero.
“Dado el hecho de que El Líbano estaba bajo la ocupación israelí respaldada por Estados Unidos en ese momento, la República Islámica de Irán responsabiliza legal y políticamente al régimen sionista y a sus partidarios por el secuestro y el movimiento terrorista”, decía la declaración en ese momento.
En julio del año pasado, el Ministerio renovó sus llamados a la ONU y a las agencias internacionales de derechos humanos para que prosigan el caso y garanticen el castigo de los perpetradores del crimen: el régimen de Tel Aviv.
La importancia de este caso y la estatura de Motevaselian se pueden medir por el hecho de que ha sido objeto de múltiples libros, películas y documentales a lo largo de los años, entre los que destacan ‘Tan duro como el hierro’ de Zahra Rayabi Matin y ‘Emboscada de Julio de 1982’ por Hamid Davudabadi. ‘Parado en la Niebla’, una película basada en su vida, ganó Simorgh Bolurin (Fénix de Cristal) a la Mejor Película en el 34.º Festival de Cine de Fayr en 2016.
Ahora que se conoce el destino de Motevaselian y sus tres socios, la búsqueda y espera que duró 41 años también llega a su fin. Pero su sangre aún no ha sido vengada.