Casi la mitad de los hogares no tiene internet y el servicio está entre los 5 más lentos del país
Según datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), 51 de cada 100 casas en Mendoza tienen internet fija y el servicio está entre los 5 más lentos del país. La escasa rentabilidad hace que la falta de conectividad se note más en zonas rurales.
“Tener o no señal de celular puede ser el límite entre la vida y la muerte”, le reclamaron al Gobierno en General Alvear. Allí, un veterinario se descompensó en una zona rural, murió deshidratado y sin poder llamar a una ambulancia. Fue así porque en La Mora, no hay cobertura de señal de celular ni conectividad.
La falta de conectividad en Mendoza sigue siendo una eterna deuda que parece difícil de saldar. Según datos del Ente Nacional de Comunicaciones, (Enacom) la mitad de los mendocinos no tiene servicio de internet fijo. Las estadísticas del tercer trimestre del 2022 indican que de cada 100 casas, sólo 51 tienen esa cobertura. Esa escasez ubica a Mendoza muy por debajo de las vecinas provincias: en San Luis 81 de cada 100 viviendas tienen ese servicio; en La Pampa son 96.
Pero a esa falta de conectividad se suma que la provincia está entre las 5 peores con la internet más lenta del país. En estas tierras el promedio de megas de bajada es de 13, lo que la ubica en el puesto 5 de las de peor servicio detrás de San Juan, Chubut (que empatan con 8 Mbps), Santa Cruz, Tierra del Fuego y La Pampa, según los datos de la Cámara Argentina de Internet. La velocidad promedio a nivel nacional alcanza los 45,63Mbps.
Esos datos de la baja cobertura de conectividad deberían preocupar al Gobierno provincial y nacional, porque el panorama tiene consecuencias en la economía, ya que una provincia con escaza cobertura no resulta tentadora para que se instalen algunas empresas que requieren de ese servicio como esencial.
El bajo índice de conectividad de la provincia repercute en las posibilidades de educación a distancia y en el trabajo remoto, que se impusieron en la época de la pandemia.
Pero también repercute en la nulas chances que tiene ese 49% de la población de estudiar a distancia, o de trabajar de manera remota, algo que se volvió vital en la pandemia.
Una necesidad que se nota en la ruralidad
Si bien la falta de cobertura de internet ya se percibe en los alrededores de las ciudades mendocinas, basta alejarse algunos kilómetros por la ruta 40 hacia el Valle de Uco o por la ruta nacional 7 hacia el oeste, en la zona de Potrerillos para quedarse sin cobertura móvil, y se hace más palpable en los distritos más alejados y en la ruralidad.
La respuesta que dan los proveedores apunta a la rentabilidad. A la hora de evaluar una inversión para dotar de internet una zona, calculan el costo de la instalación de acuerdo a la cantidad de usuarios a los que alcanzarán y que pagarán por el servicio. Si esa cantidad es acotada, como sucede en las zonas rurales, la rentabilidad se achica y no cubre la inversión.
En ese cálculo los proveedores deben incluir el costo que deben pagar por usar los postes que les pertenecen a las distribuidoras eléctricas, algo que en la provincia se acordó en septiembre del año pasado. En ese momento el Ministerio de Economía logró que todas las empresas eléctricas y los proveedores de servicios de internet firmaran un convenio de uso compartido de los postes y que el Ente Regulador Eléctrico (EPRE) estableciera un precio mínimo de referencia de uso de esos postes.
Rodolfo Bianchi, presidente de la Cámara Argentina de Pequeños Proveedores de Internet, explicó porqué no es rentable invertir para dotar de internet a las zonas más rurales.
“Hoy sólo apoyarte en un poste de electricidad cuesta $100 por mes, eso sumado a toda la instalación y la inversión que se debe hacer se vuelve rentable sólo si tenés unos 20 clientes por poste. Eso explica que el acuerdo que se firmó sea conveniente y rentable para las zonas más pobladas y con mayor densidad poblacional que en las zonas rurales”, precisó Rodolfo Bianchi, presidente de la Cámara Argentina de Pequeños Proveedores de Internet (CAPPI), que en Mendoza agrupa a unos 100 pequeños proveedores.
El costo de instalación se encarece si se trata de fibra óptica. Sólo para dar una idea baste contar que el tendido con postes cuesta un dólar por metro lineal, pero el tendido de fibra óptica por debajo del suelo, que es lo que piden algunos municipios supera los 60 dólares.
Para Bianchi parte de la casi nula conectividad de las zonas rurales se podría solucionar si el Gobierno nacional adoptara un compromiso mayor con garantizar esa equidad.
“En Brasil por ejemplo cuando el gobierno habilitó el uso del 5G (la quinta generación de tecnología de telefonía móvil), en vez de cobrar una fortuna para usar esa frecuencia, le cobró menos a las empresas a cambio de que se comprometieran a invertir y dotar de internet en las zonas no rentables. Acá eso no se ha pensado así”, comparó el experimentado ingeniero en computación que además es vicepresidente del Consejo de la Federación de Cámaras de Internet de Latinoamérica.
No tener conectividad de internet fija también complica a los ganaderos de la zona sureste de la provincia, de General Alvear y San Rafael por ejemplo, y que ven cómo sus negocios peligran por no poder asegurarse la comunicación con sus puestos.
Varios de ellos han apelado a invertir en la cara tecnología de internet satelital, pero varios coinciden en que pese a la fuerte inversión el servicio que tienen sigue siendo deficiente.
“Parte de la solución para esos productores podría ser instalar postes con wifi cada 10 kilómetros en las rutas que llegan a esas zonas rurales. En San Luis podemos ver los postes con telefonía (identificados con el cartel de SOS) pero no todos funcionan y la inversión es similar. Los postes con wifi serían más útiles para pedir un auxilio, ya lo demostraron en Río Negro, donde ya se aplicaron”, concluyó Bianchi.
“Los datos del Enacom no reflejan el avance de Mendoza”
A la hora de evaluar la conectividad de la provincia, en el Gobierno descreen de la veracidad de los datos del Enacom. Aseguran que el registro del organismo nacional depende de la información que deben aportar los proveedores y que muchos de los pequeños y medianos proveedores que prestan servicios en Mendoza no terminan de informar la cantidad de clientes a los que proveen porque los requisitos para hacerlo son muy costosos.
“Desde el Ministerio de Economía impulsamos un estudio de la conectividad en Mendoza y detectamos más de 100 pequeños y medianos prestadores. Lo que pasa es que el Enacom registra las bajas de las grandes empresas, que como no ofrecen un mejor ancho de banda van perdiendo clientes, y no tiene información de los clientes de esos pequeños prestadores que no tienen la infraestructura necesaria para cumplir con esos informes que requiere el Enacom” argumentó Alejandro Zlotolow, subsecretario de Industria y Comercio que se involucró en aquel estudio.
Con esos datos, que se plasmaron el Plan Estratégico de Conectividad de junio del 2021, desde el gobierno muestran que la conectividad ha ido mejorando en Mendoza. En el 2020 la penetración de internet fija era aún menor que la actual, de cada 100 casas sólo tenían el servicio 36 y Mendoza ocupaba el número 21 en el ránking de las provincias.
Por entonces el sistema era aún más lento, el promedio de megas de bajada que hoy es de 13 Mgps era de 9, cuando la media en el país alcanzaba los 46 Mbps.
Según el funcionario, la gestión de Suarez le da forma a una normativa, algo similar a una ordenanza modelo que se aplique en todas las comunas para unificar los requisitos de la instalación de antenas y a la par fomentar el uso de la fibra óptica.
A los proveedores de internet les cuesta $100 instalarse en un poste.
De muestra cuenta que en el Mendoza Activa 3 y 4 se incorporó la chance de que las empresas ingresaran proyectos de conectividad y que el Estado les subvencionara así el 40% del costo de esos equipos.
Sin embargo la compra de equipos y el necesario recambio tecnológico no parece ser tan fácil. Según aseguran desde la Dirección de Innovación y Desarrollo Económico, pese a que hay muchas empresas interesadas en mejorar su cobertura y demás, “hay medidas económicas que también frenan esa chance, muchos ni siquiera pueden importar equipos por los frenos a las importaciones”, apunta Federico Morábito, titular de aquella dirección.
Qué hacen las comunas para achicar la brecha digital
Por tanto la escasa conectividad y la falta de inversión privada también obliga a que sean las comunas quienes se involucren para achicar la brecha digital.
En esa línea se inscriben por citar sólo dos ejemplos de distintas realidades, la comuna de Ciudad y la de Lavalle.
En Ciudad, el intendente Ulpiano Suarez lanzó el año pasado un plan de conectividad que supuso una inversión privada de $2.000 millones para la instalación de fibra óptica. El objetivo de ese plan de conectividad era llegar a 67.000 hogares en 6 meses.
Para eso se propuso:
Impulsar mejoras en la infraestructura existente en la vía pública para conectividad.
Promover la instalación de nuevas y más extensas redes que permitan lograr un mejor acceso y mayor calidad del servicio para los usuarios.
Verificar la infraestructura instalada carente de permisos y/o en desuso, con despeje de cableado obsoleto a fin de aminorar la contaminación visual.
También en noviembre del año pasado, en Lavalle se concretaba un gran paso para darle conectividad a unos 2.500 hogares, a través de la incorporación de fibra óptica.
Era el logro de la empresa público-privada SAPEM (sociedad anónima con participación estatal del 90% y un 10% de privados) cuyo presidente -ad honorem- es el senador provincial Gustavo Vaquer.
De esta manera la conectividad por fibra óptica llegó a la ciudad cabecera, Tulumaya, y otras localidades cercanas. En los distritos rurales, en la parte del secano, fue más complicado por el terreno y por la dispersión de sus habitantes. Como no se podía tender fibra óptica, se instaló radio enlace con red terrestre de wireless.