Ataque a Majdal Shams: ¿Qué hay detrás de acusaciones contra Hezbolá?
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, atribuyó el ataque al grupo libanés Hezbolá, que, según él, atacó deliberadamente a civiles.
Sin embargo, Hezbolá negó categóricamente cualquier implicación en el incidente a través de un comunicado oficial: “La Resistencia Islámica en Líbano (Hezbolá) rechaza las acusaciones reportadas por algunos medios enemigos y diversas plataformas de medios sobre el ataque en Majdal Shams. La Resistencia Islámica no tiene ninguna conexión con el incidente y desmiente todas las acusaciones falsas al respecto”.
A pesar de esta declaración, funcionarios de inteligencia de Estados Unidos condenaron rápidamente a Hezbolá, afirmando que “no tienen dudas de que el grupo fue responsable del ataque en los Altos del Golán”.
La cobertura de la BBC sobre el ataque ha sido objeto de críticas, acusada de ser intencionadamente engañosa. En particular, se ha señalado que la BBC no mencionó que las 12 víctimas mortales eran ciudadanos sirios y no israelíes. Cabe destacar que Majdal Shams es una aldea siria ocupada por Israel desde 1967 y que fue anexada junto con el resto del Golán sirio en 1981. La BBC omitió mencionar este contexto histórico y el hecho de que la población siria en los Altos del Golán ha vivido bajo ocupación militar israelí durante décadas, lo que añade una dimensión significativa al incidente.
La omisión de estos detalles complica la narrativa que Israel y la BBC podrían estar intentando presentar, evitando recordar a la audiencia que Israel ocupa territorios palestinos, sirios y libaneses. Esta ocupación prolongada ha contribuido a abusos de derechos humanos y a la escalada de tensiones en la región.
La BBC también transmitió sin cuestionamientos las declaraciones de Daniel Hagari, quien describió el ataque como una muestra del “verdadero rostro de Hezbolá, una organización terrorista que ataca y asesina a niños que juegan al fútbol”. Esta cobertura se ha criticado por desviar la atención de la situación en Gaza, solo mostrando preocupación cuando Israel puede utilizar la muerte de sirios para justificar su “guerra”.
Tras el ataque, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, acortó su visita a Washington y regresó a Israel. Durante su estancia en Estados Unidos, Netanyahu mantuvo consultas de seguridad, y varias fuentes sugieren que habría recibido el visto bueno de la administración Biden-Harris para una posible operación militar en Líbano. Mientras tanto, el ministro de Defensa, Yoav Galant, se reunió con los jefes del Estado Mayor y del Mossad, prometiendo atacar al grupo responsable “donde sea necesario”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz, declaró al Canal 12 israelí que el grupo había “cruzado todas las líneas rojas”. Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, instó a través del sitio web hebreo Walla al primer ministro Benjamín Netanyahu a “lanzar una guerra contra Hezbolá inmediatamente”.
Sin embargo, la profesora y experta en Hezbolá, Amal Saad, considera altamente improbable que Hezbolá estuviera detrás del ataque en Majdal Shams. Destaca que el grupo ha negado categóricamente su implicación, algo sin precedentes. Saad recuerda un incidente en 2006 durante la guerra con Israel, cuando misiles de Hezbolá impactaron accidentalmente en una aldea árabe, causando víctimas palestinas. En esa ocasión, el grupo asumió la responsabilidad y se disculpó.
En un discurso pronunciado durante la guerra de 2006, Seyed Hasan Nasralá, el secretario general de Hezbolá, expresó sus condolencias a las familias de los mártires. Además, hizo un llamamiento a los palestinos de Haifa para que abandonaran la ciudad, señalando que su presencia era lo único que impedía a la Resistencia atacar el lugar. “Salven su sangre, que también es la nuestra, de ser derramada,” instó Nasralá, advirtiendo sobre los peligros inminentes.
Saad subraya que Hezbolá ha mostrado una clara racionalidad en sus acciones militares desde el 8 de octubre, evitando deliberadamente una escalada que conduzca a una guerra total. Desde un punto de vista político y estratégico, atacar a la población drusa de Majdal Shams, que en su mayoría apoya al movimiento de resistencia, no tendría sentido para Hezbolá. Además, señala que atacar a civiles israelíes tampoco sería beneficioso para el grupo, ya que desencadenaría un conflicto a gran escala, algo que Hezbolá ha tratado de evitar.
La experta también apunta que es previsible que Israel utilice esta tragedia para culpar a Hezbolá, desvíando así la atención de sus propias acciones en Gaza. Según Saad, la verdadera pregunta es hasta qué punto Israel utilizará este incidente para ejercer presión sobre Hezbolá y atacar objetivos estratégicos, sin necesariamente desatar una guerra total, aunque no se puede descartar esta posibilidad debido a la postura agresiva de algunos líderes israelíes.
La estrategia de Israel, según Saad, podría estar orientada a generar inestabilidad regional para preservar su posición política. En contraste, Hezbolá e Irán han manifestado reiteradamente su falta de interés en desencadenar una “guerra total” en la región. La reciente intensificación de acciones por parte de grupos como los hutíes y Hezbolá, en el marco del Eje de Resistencia, evidencia una estrategia coordinada de escalada horizontal y vertical, reafirmando su compromiso con la “unidad de arenas”. Hezbolá ha intensificado su estrategia atacando asentamientos previamente no afectados, en cumplimiento de las advertencias de su líder, Hasan Nasralá, de ampliar el campo de batalla si Israel sigue atacando a civiles en el Líbano.
Este incidente subraya que, aunque Hezbolá no busca escalar el conflicto con Israel, lleva años preparándose para tal eventualidad. Las acusaciones sin pruebas concretas por parte de las autoridades israelíes ponen de manifiesto dos estrategias políticas opuestas: por un lado, el Eje de Resistencia, del cual forma parte Hezbolá, busca la estabilización regional; por otro, Israel parece utilizar estos eventos como una excusa para desviar la atención del conflicto en Gaza y justificar posibles ataques contra Líbano y Hezbolá.
Israel podría estar intentando provocar una situación que obligue a Estados Unidos a intervenir de manera más activa en su defensa, utilizando el ataque en Majdal Shams como justificación para escalar el conflicto en la región. Esta táctica no solo sirve para desviar la atención de las acusaciones de genocidio en Gaza, sino también para fomentar un entorno de inestabilidad que permita a Israel consolidar su posición política y militar en la región.