Ataques israelíes y los de palestinos en palabras de los liberales

 Ataques israelíes y los de palestinos en palabras de los liberales

La situación de la Entidad Sionista es de extrema debilidad. A nivel interno las protestas contra la reforma judicial promovida por el primer ministro Netanyahu ha puesto de manifiesto las luchas intestinas entre los ocupantes. A nivel externo, por otro lado, tenemos la manifiesta debilidad política sionista reflejada, por ejemplo, en la incapacidad de aislar a Irán a nivel regional.

La respuesta dada por los integrantes del llamado Eje de Resistencia a la reciente agresión sionista contra la mezquita Al-Aqsa vuelve a poner de relieve la debilidad en la que se encuentra el régimen sionista. Al menos 30 cohetes fueron lanzados por miembros de la Resistencia desde el sur de Líbano hacia los territorios ocupados. Los combatientes de la Resistencia con sede en Gaza también lanzaron varios cohetes hacia los territorios ocupados. Fuentes palestinas afirmaron que el sistema de defensa sionista, Iron Dome, no logró interceptar la mayoría de esos misiles. El viernes 7 de abril dos colonos sionistas murieron y otro resultó gravemente herido después de ser atacados a tiros en la parte norte de Cisjordania por combatientes de la Resistencia Palestina.

Fuentes sionistas apuntan a que la Entidad ha sido atacada desde 3 frentes distintos y la respuesta ha sido de una debilidad sin precedentes.

Justo en estos momentos de máxima debilidad del sionismo el liberalismo aparece para intentar frenar el inevitable proceso de desmantelamiento, físico y político, al que se enfrenta la Entidad Sionista. Si dependiese únicamente de los liberales, los palestinos no tendrían permitido resistir de ninguna manera su desposesión, deshumanización y su borrado de la historia.

Una de las críticas principales de los liberales es la respuesta militar dada por los grupos que integran el Eje de Resistencia. Desde esta narrativa, esta repuesta entra dentro de la categoría de “venganza” y no ayuda en nada a la liberación palestina. Esta idea de que la Resistencia tiene que ser no violenta para ser aceptable es un mito liberal. En primer lugar porque desde el liberalismo no se tiene en cuenta la violencia originaria sobre la que se sustenta el sionismo. Una violencia epistémica que se puede definir como el silenciamiento de cierto grupo de personas que, si se une con el poder, permite y legitima tanto la violencia directa como estructural contra este grupo. La visión liberal prefiere no ver esta violencia inaugural que explica toda la actual situación en Palestina.

La liberación política de Palestina es un ejercicio de desobediencia epistémica y como tal desafía al status quo vigente. Esta desobediencia epistémica es violenta pero de una forma distinta y diferente a la violencia epistémica del colonialismo. La violencia de la desobediencia epistémica socava la centralidad de ciertas experiencias para empoderar a otros, pero este “silenciamiento” no está vinculado al poder. Los grupos que deben ser “silenciados” son aquellos que han obtenido -y continúan obteniendo- mayores beneficios de la situación colonial actual. Lo que la violencia de la desobediencia epistémica busca es dar protagonismo a los y las palestinas y revertir la violencia inaugural del sionismo. Podemos decir que en la medida en que la justicia epistémica constituye violencia, esta es de naturaleza emancipadora en lugar de opresiva.

En otras palabras, mientras que la violencia de los opresores impide que los oprimidos sean completamente humanos, la respuesta de estos últimos a esta violencia se fundamenta en el deseo de perseguir el derecho a ser humano.

El mito liberal de la no-violencia siempre oculta la violencia originaria y estructural que es la que articula la actual configuración del poder en la Palestina ocupada. Cualquier análisis político que no explique de manera clara que la violencia comenzó en Palestina en 1948 no deja de ser una re-criminalización de la población Palestina. Es por esto por lo el liberalismo es incapaz de ofrecer, incluso en sus versiones más progresistas, un alternativa al pueblo Palestino.

Desde la visión liberal ambas violencias, la fundacional sionista y la secundaria de los palestinos tienen el mismo valor y peso político. Su ceguera política no les permite entender que la respuesta a la violencia epistémica colonial puede ser interpretada como “violenta”, pero esta violencia es diferente tanto en grado como en naturaleza a la fundacional y originaria.

La articulación de la violencia palestina, en el lenguaje liberal, hace que esta sea vista desde la óptica de la venganza lo que mantiene al sujeto palestino dentro de los parámetros marcados por el orientalismo- un ser incapaz de hacer que sus impulsos violentos se vean contenidos por su natural violento-. El sujeto palestino es un otro fantasmagórico construido mediante la posición de superioridad occidental. Esta construcción del sujeto palestino como incapaz de contener su deseo de venganza es utilizada como forma de medir simbólicamente su “proximidad civilizatoria”.

La construcción del sujeto palestino desde la narrativa liberal tiene otra consideración. La necesidad de que la víctima sea un ser totalmente sin agencia y sin capacidad política para que sea considerada como tal. Como explicó en una entrevista el líder de HAMAS en Gaza, Yahya Sinwar: “¿Acaso el mundo espera que nos ofrezcamos como sacrificios educados, dispuestos y bien educados, que son asesinados sin levantar una sola objeción? Esto no es posible. No, hemos decidido defender a nuestra gente con cualquier fuerza que se nos haya dado”.

Cualquier análisis de la situación en Palestina que quiera dar voz a la población oprimida necesita, por tanto, analizar las distintas formas en que la violencia es desplegada y articulada políticamente. Y este análisis tiene que tener presente la existencia de una violencia fundacional que está detrás de todas las acciones de la Entidad Sionista, incluso de aquellas que aparentemente no son calificadas como violentas. Toda acción de la Entidad Sionista, desde las matanzas de palestinos al día a día político, está enraizada en una violencia originaria que es precisamente lo que la Resistencia palestina, con la ayuda del Eje de Resistencia, busca desmantelar.

XAVIER VILLAR

coordenada Informativa

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