¿Cuál es la capacidad real de defensa de Brasil contra los ataques de drones?

 ¿Cuál es la capacidad real de defensa de Brasil contra los ataques de drones?

La falta de sistemas de defensa antiaérea de largo y medio alcance en Brasil expone su vulnerabilidad frente a drones más avanzados, señalan a Sputnik varios expertos. Al mismo tiempo, las FFAA brasileñas han apostado por reforzarse ante las nuevas tecnologías, destacan.
Tres tipos de drones
El coronel de reserva de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) y profesor de doctorado en el Programa de Postgrado en Ciencias Aeroespaciales de la Universidad de la Fuerza Aérea (PPGCA/UNIFA), Carlos Eduardo Valle Rosa, destaca que existen tres tipos de aeronaves no tripladas: clase I, II y III.
Los de la clase I operan a una altitud limitada a unos 300 metros sobre el nivel del suelo. Según Rosa, son los modelos utilizados en conflictos en Ucrania y Oriente Medio, y Brasil tiene capacidad para contrarrestar esta amenaza tanto por medios de interferencias radioelectrónicas como físicamente.
Los drones de clase II operan hasta 5.500 metros sobre la superficie y, cuando están armados, pueden suponer una amenaza para concentraciones de tropas o instalaciones más grandes, como una base aérea. Según Rosa, Brasil no tiene capacidad de defensa contra esta clase de aeronaves.
“No hay ninguna capacidad en el inventario brasileño que pueda hacer frente a tal amenaza, excepto el uso de grandes ametralladoras, armas automáticas o algunas piezas de defensa antiaérea, pero con posibilidades limitadas de éxito debido a la falta de sistemas compatibles de detección, seguimiento e identificación de drones”, opina el experto.

Los drones de clase III, por su parte, operan hasta 20.000 metros de altitud con alcance ilimitado. Suelen necesitar enlaces de telecomunicaciones por microondas o satélite para funcionar de forma continua. El modelo más popular de esta clase es el MQ-9 Reaper (o Predator B), capaz de utilizar bombas y misiles. Sin embargo, los vehículos aéreos de esta clase pueden ser identificados por los radares de tráfico aéreo, dependiendo de varios factores, como la sección radar equivalente del fuselaje que refleja o hace eco de la señal del radar de vigilancia.
“En este caso concreto, Brasil cuenta con un sistema de vigilancia por radar e interceptación aérea las 24 horas del día llamado Sisdabra [Sistema Brasileño de Defensa Aeroespacial]”, continúa el observador.
¿Cuáles son los drones más utilizados por las FFAA de Brasil?
Rosa subraya que la FAB utiliza tres modelos para reconocimiento y vigilancia: el Hermes 450 y el Hermes 900, ambos fabricados por la empresa israelí Elbit Systems, y el Heron I (RQ-1150), fabricado por la empresa Israel Aerospace Industries (IAI). Los tres tipos son drones de reconocimiento y vigilancia y no están equipados con armas.
Rosa subraya que la Armada brasileña ha empezado recientemente a utilizar vehículos aéreos no tripulados para la vigilancia marítima, el patrullaje de las zonas costeras y el apoyo a las operaciones navales.
“Los drones de la Armada son el RQ1 ScanEagle, el RQ-2 y el Nauru 500C. También hay drones en desarrollo, como el Atlante y el Albatroz”, aclara.
El Ejército, por su parte, utiliza las aeronaves no tripuladas para tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, aplicándolas al control de fronteras, el apoyo a tropas terrestres y el reconocimiento en operaciones tácticas.
“Los drones utilizados por el Ejército son el Horus FT-100, el FT-200 FH, el Hunter y el Carcará III. Recientemente, fueron realizadas pruebas con el dron Nauru 1000C, fabricado por la empresa brasileña XMobots, que es un dron de tamaño medio con una autonomía de hasta 10 horas y un alcance de 100 kilómetros”, explica Rosa.

El analista subraya que las empresas brasileñas, como XMobots y Stella, tienen capacidad para producir vehículos aéreos no tripulados de clase III para tareas más allá de las que vienen utilizando las FFAA, pero aún se depende de la importación de ciertos componentes para finalizar los productos, como sensores, cámaras ópticas, infrarrojas o de visión nocturna.
A su vez, la doctoranda en ciencias aeroespaciales por la UNIFA, Carla Michel, enfatiza que Brasil va a incorporar tecnología capaz de dotar de misiles a los drones Nauru 1000C —adquiridos por las FFAA brasileñas a XMobots— y las primeras pruebas están previstas para este año.
Destaca que las FFAA han apostado por reforzarse ante las nuevas tecnologías, tratando de comprender las diversas finalidades de este vector en diferentes contextos y actuaciones, promoviendo la formación e identificando las necesidades para futuras adquisiciones.
“Es importante llevar a cabo un estudio detallado de las necesidades reales, las limitaciones operativas, la adquisición, las pruebas y la formación de personal para operar drones de gran capacidad”, cree Michel.

Por su parte, el profesor de la UniRitter e investigador del Instituto Suramericano de Política y Estrategia (ISAPE), Joao Gabriel Burmann, considera que Brasil aún no está preparado para reaccionar ante este tipo de amenaza, especialmente los modelos estadounidenses, chinos, rusos, iraníes o turcos.
“Nuestra defensa antiaérea está muy concentrada en unos pocos lugares y se ha desarrollado especialmente para hacer frente a la amenaza de grandes aviones. Así que pensar en un ataque de un enjambre de drones, o incluso de uno o dos drones, […] probablemente no seríamos capaces de reaccionar”, argumenta.

En sus palabras, hay un problema importante, que es la cuestión doctrinal y la propia cuestión organizativa de Brasil.
“Todavía tenemos una gran disputa sobre quién está a cargo de esto, si la Fuerza Aérea o el Ejército”, agrega.
De acuerdo con sus palabras, el principal reto de Brasil es lograr la autonomía en la producción de drones y empezar a producir también modelos de combate.
“Es importante que avancemos para que seamos un poco más autónomos. Es difícil, de hecho, nacionalizarlo todo, pero para no depender tanto o para tener mejor calidad en esta dependencia, a través de empresas conjuntas que impliquen transferencia de tecnología”, explica el investigador.
Burmann también apunta que es crucial descentralizar el sistema de producción y operación de drones, que actualmente se concentra en unas pocas ciudades, como Brasilia, Río de Janeiro, Santa Maria, Porto Alegre y Canoas.
“Es importante tener este debate, pero también resolver más rápidamente estas disputas entre las fuerzas, para que podamos avanzar con las adquisiciones y la financiación de la industria nacional”, resume.

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