El Gobierno decidió no responderle a Villarruel tras sus críticas al acuerdo con el Reino Unido por Malvinas
En la Casa Rosada optaron por no darle entidad a la posición de la vicepresidente sobre el acuerdo entre la canciller Mondino y su par británico, “agenda propia” y diferencias que se acumulan.
El Gobierno nacional cerró filas y decidió hoy no salir a responderle, ni darle mayor trascendencia, a los dichos de la vicepresidente Victoria Villarruel sobre el conflicto de Malvinas, con el que tomó distancia de la postura oficial dada por la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino. El reclamo por Malvinas es uno de los principales temas de la agenda de Villarruel, cuyo padre, Eduardo, combatió en el conflicto bélico de 1982. “No las vimos ni las vamos a ver”, ironizó un hombre de la filas de Balcarce 50.
Las declaraciones de Villarruel, realizadas a través de la red social X, fueron en directa oposición al acuerdo que Mondino cerró con su par de Gran Bretaña David Lammy, con el que se busca renovar un vuelo desde San Pablo hasta el archipiélago, con escala en la provincia de Córdoba, y reanudar las visitas de los familiares de caídos en la guerra de 1982 al cementerio de Darwin.
“La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación. Esta propone entregar apoyo logístico continental a la ocupación y permitir de hecho que puedan seguir depredando nuestros mares, ¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte? ¿Nos toman por tontos? Ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación”, escribió la titular del Senado.
La vicepresidenta agregó: “Estas no son palabras contra nuestro Gobierno, sin embargo, es inevitable expedirme sobre este acuerdo, ya que es un tema que toca cada fibra de mi identidad y pone en juego los intereses permanentes de nuestra gran Nación. Porque somos amigos de todos, pero primero de la Patria”.
La reacción de Villarruel no sorprendió en una Casa Rosada en la que están acostumbrados a que Villarruel “siga su propia agenda”, en la que no solo incluyen este tema. El de la “agenda propia” es uno de los ítems que más crispan la relación entre la titular del Senado y las filas del Ejecutivo. El último fue cuando anunció su decisión de impulsar la reapertura de las causas contra los miembros de las organizaciones guerrilleras de los 70. Desde Casa Rosada sostuvieron que esa era una “agenda” de la titular del Senado.
El listado de desencuentros entre la vice y el resto del gobierno es largo y en los nueve meses de gestión se acumulan allí, entre otras cosas, desde que ella no renunció a las jubilaciones de privilegio y se mostró a favor de subir las dietas de los legisladores, a contramano de la línea del Gobierno, hasta que “pisó la Ley de Bases para que no se pueda firmar el Pacto de Mayo, en mayo” y que no fue al acto en Tucumán, acusando que estaba engripada y al día siguiente “estaba radiante en el desfile militar”, recordaron en la Rosada.
En julio, Villarruel también provocó un fuerte malestar dentro del Ejecutivo luego de publicar un mensaje desafiante contra Francia tras la polémica alrededor de un vivo de Instagram del jugador argentino Enzo Fernández, donde jugadores de la selección argentina entonaron una canción con connotaciones racistas tras ganar la Copa América 2024. En esa oportunidad, Villarruel acusó a Francia de ser un “país colonialista” y el episodio escaló al punto que la propia secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, decidió reunirse con el embajador de Francia en Buenos Aires, Romain Nadal, para expresar las disculpas del gobierno.