Entre Ríos: la emergencia ambiental fue extendida por un año más
La provincia de Entre Ríos se encuentra asolada por el clima en su territorio. Las altas temperaturas, pocas o nulas precipitaciones, la gran sequía y la bajante del Río Paraná propician daños parciales a los cultivos, baja productividad del sector agroindustrial, aumento en las probabilidades de incendios forestales y la destrucción de flora y fauna locales.
Por todas estas inclemencias del clima en la provincia, el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, decidió prorrogar el estado de emergencia ambiental por un año más, siendo que esta declaración del gobierno provincial culminaba el día de hoy, miércoles 18 de enero. La medida se adoptó mediante el decreto 14/2023.
Esta extensión de la emergencia mencionada en Entre Ríos permitirá movilizar más recursos provinciales y estatales en la lucha contra los incendios forestales, programas económicos para contener a los productores locales que ven fuertemente comprometida su labor y promover iniciativas para salvaguardar la fauna y flora que se encuentra en inminente peligro.
Las condiciones en las que se decreta una emergencia ambiental consisten en considerar eventos graves o catastróficos que afecten no solo a los bienes de las personas y la integridad de las mismas, sino también al ecosistema de la región constituido por su flora y fauna autóctona que corre el peligro de ser erradicada, en este caso, por la sequía calificada como histórica y la bajante más larga de la historia desde 1884.
Problemas para la agroindustria
La campaña agrícola 2022/2023 transcurre en un marco fuertemente adverso por las condiciones climáticas que se vienen dando desde hace tres años consecutivos. En el 2020 comenzó la bajada del Río Paraná que culminó con la más importante de las registradas desde 1884 afectando la productividad del sector agroindustrial.
Tanto la agricultura como la ganadería se ven comprometidas en la mayor parte del país producto de las sequías año a año cada vez más fuertes que tienen efectos devastadores para las economías de cada distrito, provocando en este último período anual una menor superficie sembrada con granos gruesos y la venta anticipada de bovinos por el temor a que estos fallezcan por las altas temperaturas. Como si fuera poco, el costo de los granos para el ganado, fertilizantes y agrotóxicos aumentó significativamente por la guerra ruso-ucraniana.