Gobernadora Hochul habla de un “progreso notable” en la lucha contra la violencia armada en Nueva York
El balance oficial ubica a NY con la tasa de homicidios más baja en los 10 estados más poblados del país. En la Gran Manzana, en lo que va de 2023, hay signos alentadores.
Aunque persiste la sensación de temor ante la agresiva “epidemia” de la violencia armada que se “disparó” en paralelo a la crisis de salud pública, causada por la COVID-19, en los números oficiales se muestra a Nueva York con la tasa de homicidios más baja de los 10 estados más grandes del país: Esto significa que durante 2022 se registraron 3,1 muertes por cada 100 mil habitantes, que es mucho menos del promedio nacional de 6,3 decesos.
Esta cifras, compartidas este martes por la gobernadora Kathy Hochul, derivadas de datos de los Centros del Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ubica a la Gran Manzana en ese mismo periodo de tiempo con el tercer puesto más bajo de asesinatos de la nación entre las 20 urbes más grandes, solo detrás de San José y San Diego.
En lo que va de 2023, los números oficiales son más alentadores.
Ya se muestran en todo el estado, la menor cantidad de balaceras desde marzo de 2020. Y en la ciudad de Nueva York, que estuvo marcada por una cifras terribles a principios del año pasado, reporta 73 incidentes, la menor cantidad desde mayo de 2020.
“Todos y cada uno de los incidentes son trágicos, y cada tiroteo representa una cantidad incalculable de dolor. Debemos seguir tratando la violencia armada, como la crisis de salud pública que es, identificando la fuente, interrumpiendo su transmisión y tratándola”, reaccionó la mandataria estatal durante el Foro anual de Prevención de la Violencia Armada Northwell Health.
Un 2020 desastroso
La estrategia de Nueva York para frenar la violencia armada se aceleró desde enero de 2022, cuando en el caso de las calles de la Gran Manzana, se recrudecieron tiroteos por el auge de la pólvora, particularmente entre miembros de pandillas. En enero de 2022, fue particularmente sangriento. Con más de 100 balaceras en los cinco condados. La tendencia más alta en una década.
Luego en mayo, una matanza dentro de un supermercado en Buffalo, que dejó 10 fallecidos, producto de un crimen de odio, encendió otras alarmas que terminó con la aprobación de una serie de diez leyes para fortalecer la prevención de la violencia armada en el estado de Nueva York, como la prohibición de las armas fantasma, los cargadores de gran capacidad y los chalecos antibalas.
También se amplió la elegibilidad para la libertad bajo fianza por delitos con armas de fuego, se elevó elevar la edad para comprar armas semiautomáticas a 21 años y se lanzó la primera Fuerza de Tarea Interestatal sobre Armas Ilegales en el país, que se reunirá nuevamente el próximo mes.
En la Gran Manzana, el Alcalde tomó sus propias medidas, al desempolvar una Unidad Anticrimen de policías encubiertos, que fueron enviados a los 30 vecindarios más violentos, en donde ocurren el 80% de los incidentes con armas de fuego.
Vienen más escudos
Aunque en las últimas semanas, tanto la gobernadora Hochul y el alcalde Eric Adams, han puesto como punta de lanza que existen avances concretos en la lucha contra esta “epidemia”, también han dejado claro que no es momento para cantar victoria.
A la par de este aplanamiento de la curva de la violencia armada, se han escenificado algunas balaceras de muy “alto perfil”, como la registrada el pasado 11 de febrero a las 5:30 de la tarde, cuando un joven de 22 años, residente de El Bronx, recibió un disparo mortal cuando caminaba por la Octava Avenida y la Calle 44 Oeste, en pleno Times Square.
“Estamos dando pasos importantes en la dirección correcta, pero estas cifras aún son demasiado altas”, puntualizó la gobernadora.
Por ello, en el presupuesto ejecutivo 2023 la mandataria estatal plantea financiar la segunda fase de un plan integral de seguridad pública e inversiones para reducir aún más la violencia armada, lo cual consiste en duplicar los fondos a $36 millones de la Iniciativa para la Eliminación de la Violencia de Armas (GIVE), la cual proporciona más recuersos a policías locales para equipos, horas extras y asistencia técnica.
GIVE apoya a 20 departamentos de policía en 17 condados que representan más del 80 por ciento de los delitos violentos que ocurren en el estado de Nueva York fuera de la Gran Manzana: Albany, Broome, Chautauqua, Dutchess, Erie, Monroe, Nassau, Niagara, Oneida, Onondaga , Orange, Rensselaer, Rockland, Schenectady, Suffolk, Ulster y Westchester.
Las oficinas de los fiscales de distrito, los departamentos de libertad condicional, las oficinas de los alguaciles también recibirán más fondos a través de esta iniciativa.
Más fondos de apoyo a los jóvenes
La visión de Hochul para los meses venideros también apoya a las organizaciones comunitarias que ofrecen servicios, apoyo y oportunidades a jóvenes y sus familias, incluida una inversión continua de $25 millones en el programa SNUG (Street Outreach).
Los programas SNUG emplean personal que trabaja con adolescentes y adultos jóvenes para detectar y calmar las disputas antes de que se intensifiquen, responder a los tiroteos para evitar represalias a través de la mediación. Y ayudar a los familiares de las personas que han resultado heridas o muertas.
Esto implica también asesorar a los jóvenes involucrados en situaciones violentas para conectarlos con oportunidades educativas y laborales.
Presionan por leyes más duras
Este martes, voluntarios y sobrevivientes de ataques de armas fuego, agrupados en el movimiento ‘Madres Demandan Acción NY’ (NY Moms Demand Action), se reunieron en Albany para abogar por la aprobación de otras leyes que pongan más mano dura a la violencia armada.
De acuerdo con las ponderaciones de esta organización, todas las mediciones apuntan a que Nueva York ocupa la segunda posición, con el segundo paquete de leyes de armas más estrictas del país. Aunque apuestan a que se pongan más barreras.
“Sabemos que nuestro trabajo no ha terminado. Esperamos asociarnos con los legisladores en esta próxima sesión, para continuar fortaleciendo las leyes de seguridad de armas”, expresó Alexis Gevanter, activista de Moms Demand Action.
Ahora, los activistas están solicitando que se apruebe una ley que agregue un impuesto especial a la venta comercial de municiones para armas de fuego. Las ganancias del nuevo tributo se destinarían a financiar el Fondo de Prevención e Intervención de la Violencia Comunitaria.
Otra anteproyecto de ley, plantea ampliar los fondos de compensación a las víctimas de violencia armada. Bajo el actual esquema, las comunidades de color, miembros de la comunidad LGBTQIA+, discapacitados e inmigrantes tienen muchos límites para recibir compensaciones.
De igual forma, se propone que los legisladores pongan fin a la “inmunidad calificada” de los funcionarios policiales.
“Como cualquier malhechor, debe haber responsabilidad para los agentes del orden público que no actúan de acuerdo con la ley, y abusan de su autoridad, dañando a aquellos a quienes juraron proteger”, destacan los activistas.
El modelo de inmunidad calificada hace que sea casi imposible demandar a un oficial de policía de Nueva York que utiliza indebidamente un arma.
En la mira:
171% en comparación con los niveles previos a la pandemia aumentaron las incautaciones de armas de fuego en NY el año pasado.
10,093 armas fueron sacadas de la calle en 2022