Las Fuerzas Armadas de Bolivia están dispuestas a combatir la minería ilegal en la Amazonía

 Las Fuerzas Armadas de Bolivia están dispuestas a combatir la minería ilegal en la Amazonía

En el parque nacional Madidi se incrementó la minería ilegal para obtener oro de sus ríos. Guardaparques de esta área amazónica contaron a Sputnik que las comunidades locales comen peces contaminados con mercurio como consecuencia de la actividad extractiva. La Justicia boliviana dispuso la participación de las FFAA para controlar el hecho.
Bolivia cuenta con varios paraísos. Uno de ellos es el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Madidi (PN-ANMI), de casi 2 millones de hectáreas, en la región amazónica del departamento de La Paz.
La belleza desmedida de uno de los sitios más biodiversos del mundo quedó últimamente en entredicho con la aparición de varias cooperativas mineras, las cuales dragan los ríos de la zona, que también quedan contaminados con mercurio, sustancia que ingresa a los peces y por consiguiente a decenas de comunidades indígenas que ancestralmente vivieron y viven allí.

Sputnik conversó con guardaparques que cotidianamente recorren estas zonas y deben enfrentar a los responsables de explotar oro de manera ilegal, quienes cuentan con recursos e influencias para evitar que los funcionarios públicos cumplan con su función de proteger esta parte del territorio boliviano.
Si bien representan al Estado boliviano, estos vigilantes tienen limitaciones en su acción, como que no tienen permitido el uso de armas, a diferencia de los funcionarios policiales y militares.

Indígenas bolivianos (archivo) - Sputnik Mundo, 1920, 29.03.2022

Consciente de esta restricción, el juez agroambiental Edwin Díaz Callejas determinó prohibir la explotación minera en esta área. Para ello, subrayó que los guardaparques deben contar con apoyo de las Fuerzas Armadas.
Ahora los guardaparques de la región exigen que se haga efectiva la asistencia de los militares para evitar la depredación de la Amazonía boliviana. Pero, contaron a Sputnik, aún no se especificó el mecanismo mediante el cual los soldados podrían ingresar a defender los recursos de esta parte de Bolivia, tal como lo establece la constitución.
“Esta decisión del juez agroambiental no deja de ser una buena señal, hasta que se pueda ejecutar”, declaró a Sputnik Marcos Uzquiano, quien fuera jefe de protección del Madidi.
El guardaparques, en coincidencia con varios protectores de este territorio, quedó con la duda sobre si el dictamen judicial “va a quedar en orden o si va a ser acompañado por la intervención o acción de las Fuerzas Armadas o la Policía”.
Las FFAA “deberían intervenir en el Madidi de manera ágil, oportuna, directa, sin esperar a la orden del juez”, opinó Uzquiano, actual jefe de Protección de la Reserva de la Biosfera y Estación Biológica del Beni (EBB).

De la extracción artesanal a las grandes empresas
Los guardaparques del Madidi conocen a quienes explotan ilegalmente oro en esta parte de la Amazonía. Para evitar represalias de los empresarios mineros que todavía controlan los ríos de la zona, los guardaparques pidieron a Sputnik que sus nombres no se difundieran. Con la finalidad de diferenciarlos en el relato, se les asignarán los nombres de Carlos, Jorge y Juan.
Por lo general, los guardianes del Madidi nacieron en comunidades indígenas dentro del área protegida. Carlos contó a Sputnik que cuando era niño extrajo oro de manera artesanal para mantenerse y costear sus estudios.
“Hasta yo hice esa actividad en mi niñez para costearme los gastos del colegio, porque a mis 12 años me independicé”, explicó.
Más de dos décadas atrás, los comunarios del Madidi acudían a las faldas de sus serranías para excavarlo a pala, recoger un balde de tierra y llevarlo al curso de agua más cercano para depurarlo y detectar las pepitas de oro. Con dos o tres gramos cualquier habitante de la región se sentía realizado para contribuir a su familia durante todo el mes.
Pero ahora se utilizan dragas que escarban el lecho de los ríos, así como se emplea mercurio para amalgamar las partículas de oro.
“Nosotros anteriormente hacíamos socavones en la serranía. Entrábamos haciendo orificios, lavábamos en batea y obteníamos una cantidad que se podía agarrar con la mano”, contó.

Pero actualmente “entran con máquinas. La gente no piensa en sacarse un gramo o dos en un mes. Quieren tener kilos en la mesa”, graficó Carlos.
Hoy trabajan empresas que “se cobran lo que gastaron sus maquinarias, luego el sobrante distribuyen en la comunidad. Es una miseria. La empresa saca cuatro kilos para ellos y deja medio kilo para repartir entre 160 personas, a las cuales casi nada les toca. Puede ser 150 o 500 pesos bolivianos (21,5 a 72 dólares) para cada persona”, relató.
El guardaparques y comunario comentó que “los paisajes quedan todos destruidos. Mi comunidad ya no es tan bonita. Todo está removido”. Reclamó que la explotación minera vaya acompañada de acciones para subsanar los daños ocasionados al medio ambiente.
Consideró que “los que contaminan no saborean la contaminación, no llevan el daño en la salud como quienes aquí vivimos”.
“Sin conocer ni un gramo de oro estamos contaminados por alimentarnos de los peces”, que tienen mercurio producto de las operaciones mineras en el río Tuichi, fundamentalmente, contó el guardaparques Carlos.
Minería y pandemia
Los guardianes indicaron que la minería empresarial tomó un nuevo impulso a partir de 2012, para dejar atrás las carretillas y las palas de los comunarios. Durante la pandemia de COVID-19, “se han incrementado las actividades de maquinarias pesadas. Nosotros como guardaparques hacemos lo que podemos”, dijo a Sputnik Jorge.
Indicó que a varias comunidades indígenas ya no tienen permitido el ingreso de los funcionarios. Tampoco se les permite tomar fotos de los daños ocasionados a los territorios por las maquinarias en constante actividad.

“Han sido inteligentes los empresarios mineros, porque han hecho una alianza de forma que les han hecho creer a los comunarios que son socios, parte de una cooperativa”, por lo cual en varias ocasiones los guardaparques no cuentan con el apoyo de las comunidades para detener la afectación a la región amazónica.
El guardaparques Juan cubre una zona del Madidi con explotación minera ilegal. Contó a Sputnik que el 18 de mayo pasado, cuando se conoció la sentencia del juez Díaz, “un poco ha calmado la explotación de oro”, y resaltó que todas las actividades extractivas “son ilegales en la región”.
De transitar la zona a diario, comentó que los empresarios no creen que se vaya a cumplir la sentencia judicial. Para el guardaparques, hasta que efectivamente no se vea a los militares patrullando y actuando en el Madidi la explotación seguirá con impunidad.

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