Las “picardías desleales” de ciertos intendentes, otro dato en contra de la elección de reinas

 Las “picardías desleales” de ciertos intendentes, otro dato en contra de la elección de reinas

La Paz logró coronar a su candidata, pero la elección quedó distorsionada por dudas, polémicas y comentarios adversos que afectaron a la propia elegida.

En la reciente Fiesta de la Vendimia quedó demostrado que los municipios pueden caer en “estrategias desleales” para quedarse, “de manera poco solemne”, con la corona de la Reina.

Basta con arrear en micros a una buena cantidad de militantes al Frank Romero Day, previo haber comprado entradas en cada uno de los sectores en que se divide el anfiteatro. Hay que llegar temprano y esperar que las autoridades elijan, antes del espectáculo, un número del 0 al 9 y que ese número figure al final de los DNI de los arreados. Los favorecidos deben presentarse de inmediato en un sector dispuesto para votar. El sistema actual reparte entre el público 300 votos.

Esta vez la “estrategia desleal”, según definición del diputado radical Daniel Llaver, estuvo a cargo del intendente peronista Fernando Ubieta, famoso por sus coloridas formas de gestionar la comuna, como la de regalarle cosas a la gente con fondos públicos.

La nueva movida fue exitosa y La Paz logró coronar a su candidata, pero la elección quedó distorsionada por dudas, polémicas y comentarios adversos, que terminaron afectando a la propia “beneficiada”, la paceña Ana Laura Verde, nueva Reina Nacional de la Vendimia que se vio metida en un berenjenal.

El mecanismo
Fue la prensa la que detectó movimientos extraños en el lugar de votación. Según diversas publicaciones, como si fuera un mecanismo de relojería, apenas anunciado el número elegido, una disciplinada cola de votantes paceños se apersonó al centro de votación y, guiada por instructores, procedió a votar.

Muchos de esos electores se identificaban con pecheras del Banco Nación, institución en la que el intendente Ubieta fue gerente de la sucursal La Paz hasta su elección como jefe comunal.

En el programa “Te digo lo que pienso”, de Ricardo Montacuto, por radio Radio Nihuil, Ubieta dio la siguiente explicación. “El sistema de votación es el que hay. Me cuestionan y hablan de la picardía del intendente. No sé qué querían que hiciera. ¿Que golpeara puerta por puerta en Guaymallén para pedirle que votaran a la reina de La Paz? No me quedaba otra que traer a la gente de La Paz para que votara a su reina. Si no, que cambien el reglamento”.

Precisamente esto último es lo que ha reclamado al Poder Ejecutivo el diputado Daniel Llaver, quien admite (como diciendo: hecha la ley, hecha la trampa) que hay revisar el sistema de votación para evitar estas “estretegias” ya que si bien el mecanismo actual se pensó como “transparente”, le ha permitido a los departamentos armar “toda una logística” para burlar el sistema.

El intendente peronista Fernando Ubieta.

El intendente peronista Fernando Ubieta.

Chapuzas
Este episodio, que parece menor, es sin embargo representativo de como suelen usar los políticos a los militantes partidarios, a quienes en nombre de un supuesto bien, los destinan a trastadas y chapucerías que se les vuelven en contra.

Si el intendente Ubieta no ha dudado en hacer lo que hizo en un ámbito como el del Romero Day, escaneado en esas noches de Vendimia por periodistas locales y nacionales y por políticos de todos los colores políticos, nos preguntamos cómo se manejará en su municipio a la hora de cumplir con las normas republicanas.

Una de las explicaciones que dio Ubieta para justificar su jugada vendimial fue que él necesita instalar a nivel provincial “la marca La Paz” a fin de que se lo tenga en cuenta. Ajá, ¿y qué tiene para ofrecer? si ahí casi todo se regala, desde los juguetes para niños hasta el helado y el pollo rostizado para los grandes en las fiestas.

Ubieta, desafiante, juró en su primer año de gobierno, y ante las críticas por regalar cosas, que lo iba a seguir haciendo hasta su último día de gestión porque eso era llevarle felicidad a la gente.

Fuera de tiempo
Hemos sostenido más de una vez desde esta columna que la Fiesta de la Vendimia tiene -como espectáculo- mucho futuro si se la sabe ir macerando, inteligentemente, con partes iguales de actualización y de tradición. No ocurre lo mismo con ese complemento que es la elección de la reina de la Vendimia, algo que resulta a todas luces avejentado y fuera de tiempo.

Tarde o temprano la elección de la Reina va a caer por su propio peso, pero no va a ser en lo inmediato. Tampoco debería ser fruto de una prohibición por decreto.

Lo de las reinas ya se está descascarando y va a seguir perdiendo brillo, sobre todo en muchos jóvenes que ven esa porción de la Fiesta como algo apolillado. Por más que se le quiera buscar la vuelta, la elección vendimial es básicamente un concurso de belleza que se presta para cuestiones raras como esas que son el tema central de esta nota.

coordenada Informativa

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