Los aviones de EEUU y Alemania sobrevolaron con anticipación los sitios del sabotaje del Nord Stream
Las aeronaves de la Marina de EEUU y de Alemania sobrevolaron con anticipación y regularmente en junio de 2022 los lugares donde luego se llevaron a cabo las explosiones en los ductos del Nord Stream, según el análisis de seguimiento de archivos de Flightradar24 de Sputnik.
El 8 de febrero, el periodista estadounidense Seymour Hersh escribió un artículo de investigación en el que declaró que EEUU detonó a distancia los explosivos en los ductos del Nord Stream el pasado 26 de septiembre de 2022, y que esto fue realizado por orden del presidente Joe Biden. En sus palabras, Noruega desempeñó un papel clave para ayudar a EEUU a organizar el ataque y mantener a las Armadas de Suecia y Dinamarca en la sombra.
Según los datos de Flightradar24, los aviones Lockheed P-3 Orion y Boeing P-8 Poseidon alemanes y estadounidenses sobrevolaron regularmente los futuros emplazamientos de las bombas entre el 8 y el 16 de junio. Al hacerlo, los aviones militares descendieron a baja altura y apagaron sus transpondedores en casi todos los vuelos, por lo que algunas de sus trayectorias quedaron sin ser registradas en las pistas del portal.
Al revisar con más detalle, la investigación indica que el 8 de junio el avión antisubmarino estadounidense Poseidon realizó una serie de círculos sobre los emplazamientos de tres futuras explosiones en el Nord Stream, al noreste de la isla danesa de Bornholm. La aeronave estadounidense sustituyó entonces al P-3 Orion alemán, que había estado volando previamente en una zona de espera al oeste de Bornholm. El vehículo hizo un ocho sobre el lugar de una futura detonación en un gasoducto al este de la isla.
El 9 de junio, el Poseidon estadounidense sobrevoló los lugares donde ocurrieron las explosiones del Nord Stream, tanto al noreste como al este de Bornholm.
Del 11 al 15 de junio, los mismos aviones rodearon los lugares exactos de los futuros sabotajes, realizando a menudo muchos giros y bucles a baja altura cada día.
El 16 de junio, el P-3 Orion alemán volvió a volar la zona del atentado, que se produjo más tarde, en septiembre.
Las pistas disponibles de la investigación muestran que la altitud mínima de los aviones de guerra estadounidenses y alemanes que sobrevolaban el mar Báltico en los emplazamientos de los gasoductos era inferior a 600 metros. Sin embargo, podría haber sido incluso menor en algunas partes de la ruta.
El experto militar y director de la revista Defensa Nacional, Ígor Korótchenko, señaló que es probable que los aviones de la OTAN estuvieran vigilando y analizando la situación en la zona de los ductos Nord Stream en junio para acompañar el trabajo de los grupos de sabotaje de los nadadores de combate. El especialista no descartó que pudieran haber colocado explosivos en aquel momento.
“En consecuencia, necesitaban vigilar la zona marítima para detectar la presencia o ausencia en ella de buques que pudieran haber descubierto la operación en curso. Por otra parte, en caso de necesidad, dicha vigilancia habría permitido actuar con rapidez para evacuar al grupo de saboteadores del submarino en caso de que tuvieran alguna dificultad o fueran detectados”, declaró a Sputnik.
Korótchenko recordó que la supuesta operación se llevó a cabo en una zona de intenso tráfico marítimo y que había equipos de vigilancia submarina y de superficie. Según él, los datos de Flightradar corresponden la información difundida por Hersh.
En este contexto, el experto sugirió crear un equipo internacional de periodistas de investigación para recopilar los hechos, circunstancias y documentos sobre los atentados perpetrados contra el Nord Stream.
“Debería crearse un sitio web apropiado donde se acumularan nuevos datos, de modo que los resultados de la investigación se enmarcaran posteriormente en un informe completo que se presentaría en la ONU y otras plataformas internacionales, exigiendo una respuesta adecuada de la comunidad internacional a las actividades de sabotaje y terrorismo de Estados Unidos”, precisó.
El pasado 26 de septiembre, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo ruso, informó de una fuga de gas provocada por causas desconocidas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm. Más tarde, trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas.
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló la posesión de evidencias que apuntaban a la implicación de determinados países occidentales. La Fiscalía General rusa abrió una investigación por terrorismo internacional tras los daños a las dos tuberías en una zona del mar Báltico.