Mala memoria e hipocresía

 Mala memoria e hipocresía

Los dirigentes mendocinos critican encarnizadamente saltos de un espacio político a otro, o alianzas con personajes a los que califican muy mal. “Se olvidan” de que han hecho lo mismo hace pocos años

El oficialismo de Mendoza, que responde mayoritariamente a Alfredo Cornejo y Rodolfo Suarez, es hipócrita cuando habla de Omar De Marchi. Les reclama a él y a Jorge Difonso haberse ido de la coalición, para aliarse con dirigentes a los que describen como “lo peor de la política” y ser, supuestamente, funcionales al kirchnerismo. El problema es que olvidan (o, mejor dicho, pretenden que nosotros, ciudadanos, olvidemos) que ellos hacen exactamente lo mismo.

No es algo que ocurra sólo en la UCR: pasa en todos los espacios. Es transversal. También en el PRO fiel a De Marchi, que se acordó recién este miércoles -sólo horas después de pegar el portazo en Cambia Mendoza- de ser un contrapeso al gobierno de Suarez en términos de justicia: en una jugada casi histórica, votaron en contra el pliego de Daniela García, una mujer que busca ser jueza, pero tiene pasado radical. Ahora eso les pareció incorrecto, pero no queda claro qué pensaban antes, cuando eran parte del Gobierno.

¿Hipocresía o mala memoria?

Empecemos por un hecho reciente: el senador Martín Kerchner, cornejista casi de la primera hora, tildó de “panqueque” a Jorge Difonso porque el espacio de éste podría llegar a recibir, con brazos abiertos, a Javier Milei. El economista está completamente a favor de la minería y eso lo pone en un lugar diferente al del sancarlino, que ha expresado su disconformidad con formas de esa actividad y es un férreo defensor de la famosa ley 7.772. Ahí está la disonancia que señaló el legislador.

Ahora, alguien debe recordarles, tanto a Kerchner como a los militantes que aplaudieron su tuit, que ellos mismos convivieron con Jorge Difonso ¡durante ocho años! En Cambia Mendoza, el hombre del Valle de Uco fue socio fundador hasta hace pocos días, y eso nunca les pareció una incoherencia a quienes ahora critican.

Al menos, no una incoherencia que se atrevieran a señalar por Twitter.

Cobos, Cristina y Néstor.

Cobos, Cristina y Néstor.

Y ese coincidir con Difonso se dio incluso en el marco de un gobierno que es prominero. Porque el frente que conduce a Mendoza es, en esencia, y nadie puede discutirlo, prominero (el gobernador asumió diciendo que impulsaría la actividad).

Eso es así, por más que después haya dado marcha atrás en sus cambios a la ley, ya que decidió otorgarle carácter de referéndum a una turba.

En Twitter también se dice que lo que hizo De Marchi “no es lo que hubiese querido Mauricio”. Dan a entender que Macri no hubiese roto jamás con viejos aliados para asociarse, por ejemplo, con peronistas.

De vuelta: apelando a la memoria, debe recordársele a los nostálgicos del ex mandatario, que su último candidato a vicepresidente fue Miguel Ángel Pichetto. Si usted no tiene muy en el radar a Pichetto, es el hombre que semanas atrás estuvo en Mendoza encabezando una conferencia de prensa junto a Alfredo Cornejo.

Y si aun así no le suena, es el hombre que aparece en la foto de aquí abajo. Es quien está sostenido en su mano derecha por Aníbal Fernández, y en su mano izquierda por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ése es Pichetto.

Al parecer, esto que vemos sí es “lo que hubiese elegido Mauricio”, porque, de hecho, lo eligió.

Aníbal Fernández, Miguel Ángel Pichetto, Cristina Kirchner y el ministro de Justicia, Martín Soria.

Aníbal Fernández, Miguel Ángel Pichetto, Cristina Kirchner y el ministro de Justicia, Martín Soria.

El cajón de las fotos
Si de evaluar el pasado de nuestros políticos se trata, no puede olvidarse esta otra foto. En ella aparecen, muy sonrientes, Alfredo Cornejo y Néstor Kirchner; allá por los albores de La Concertación, el dispositivo que le permitió a Cristina Fernández ser presidenta y a Cobos, su vice.

Cornejo y Kirchner, antes de que Cobos fuera vicepresidente de CFK.

Cornejo y Kirchner, antes de que Cobos fuera vicepresidente de CFK.

O sea: quienes ahora señalan estas migraciones políticas como una alta traición, ¿no recuerdan esto? ¿Se olvidaron de estos casos, o prefieren no recordarlos? ¿O es que no los consideran tan graves como aquellos a los que ahora apuntan con el dedo?

Es una pregunta para militantes y también para dirigentes.

Y, a propósito, la jefa espiritual de muchos de ellos, Patricia Bullrich, la interventora. ¿No fue miembro de la Jota Pé en los setenta; después del menemismo en los noventa, para después pasar a la Alianza y más tarde al PRO?

¿No fundó, junto con Gustavo Béliz, entre otros, un espacio llamado Nueva Dirigencia y se sacó esta particular foto? En ella Béliz, ex ministro de Menem y ex secretario de Alberto Fernández, es el penúltimo de la derecha. A la izquierda está Bullrich.

Y en el centro, Néstor Carlos Kirchner.

El pasado de Bullrich en los noventa.

El pasado de Bullrich en los noventa.

¿Y Patricia es la nueva guardiana de la coherencia política local?

Se dijo al principio: por supuesto, este mal no es sólo de los que quedaron en Cambia Mendoza. Este miércoles se trató el pliego de Daniela García, quien fuera militante radical, y el PRO vio incorrecto que Suarez la impulse como jueza. En una votación histórica, le bajó el pulgar e hizo que el oficialismo perdiera 6 a 5 (cinco peronistas más el voto del recientemente opositor Germán Vicchi).

“Se rompió la escribanía”, festejaron algunos.

Y uno se pregunta: ¿Entonces antes, qué? Si ahora que no están en el Gobierno cambian y se dan vuelta a la hora de levantar la mano; ¿Cuándo votaban a favor era porque estaban dentro? ¿Ponderaban sólo el hecho de ser socios, de pertenecer a un mismo espacio?

¿O es la primera vez que les cae en las manos el pliego de alguien con pasado en política?

Sabemos que no.

¿Cuándo es confiable el PRO, entonces? ¿Antes, cuando estaba a favor de los designios del Ejecutivo? ¿O ahora que está en contra?

Es una pregunta al menos válida para hacerse. Pero los amarillos retrucan: apuntan a que frenaron –unos días- la reforma de la Corte que quería el oficialismo y se trató en octubre.

Daniela Torres, cuyo pliego para ser jueza no fue aprobado por los senadores el miércoles pasado. Aseguran que igual podrán reflotarlo.

Daniela Torres, cuyo pliego para ser jueza no fue aprobado por los senadores el miércoles pasado. Aseguran que igual podrán reflotarlo.

Cabe destacar que para ese entonces ya existía la intención de abrirse del frente –lo han contado en esas mismas filas- y, según varias personas consultadas, hasta existían las reuniones del espacio político que se materializará pronto.

Entonces: Difonso, De Marchi, Álvaro Martínez, ¿cuándo empezaron a darse cuenta de que este gobierno les parecía tan, pero tan, malo? Porque, hasta la última elección -no dos comicios atrás, hasta la última elección: 2021- Martínez, por ejemplo, fue parte de la misma boleta que ellos.

¿Fueron menos transparentes antes o lo son ahora? ¿O es que el cambio de miradas coincidió justa, precisamente, con el cambio de vereda política que empezó meses atrás?

Por todo esto, a modo de, más que reflexión, simple solicitud a esa clase política:

Muchachos: alíense, peléense, vuelvan a amigarse –que es lo que, casi seguramente, con algunos va a pasar-.

Pero no nos pidan que, encima, los aplaudamos.

coordenada Informativa

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