Otra redada israelí en Nablus deja más de 40 palestinos heridos
Nueva redada de las fuerzas israelíes en un campamento de refugiados de la ciudad de Nablus, en la Cisjordania ocupada, dejó más de 40 palestinos heridos.
Unos 46 palestinos fueron tratados por heridas durante la redada en el campo de refugiados de Askar que tuvo lugar este martes por la mañana, dijo Ahmad Yibril, jefe del Departamento de Emergencias y Ambulancias de la Media Luna Roja Palestina, citado por la agencia palestina de noticias, WAFA. Agregó que 44 de los palestinos heridos sufrieron inhalación de gases lacrimógenos.
De acuerdo a las fuentes de seguridad palestinas citadas por WAFA, una gran unidad de las fuerzas israelíes irrumpió en la casa de la familia de Hasan Qatanani, y la registraron previo a una demolición planificada.
El joven palestino fue asesinado por las fuerzas israelíes a principios de este mes.
El ejército del régimen le acusó de ser responsable del tiroteo de abril en el valle del Jordán, situado al este de la Cisjordania ocupada, que dejó un saldo de tres colonos muertos.
Durante la redada, según expusieron las fuentes, los soldados israelíes también irrumpieron en variadas viviendas y requisaron la casa del palestino asesinado Husam Salim, por haber supuestamente planeado y dirigido un ataque de represalia de los palestinos, ante las atrocidades israelíes, que dejó a un soldado israelí muerto.
Watch: Palestinian protesters confront an Israeli military bulldozer during an Israeli army raid into Askar refugee camp in the occupied West Bank, last night. pic.twitter.com/v6okhS6iBQ
— Quds News Network (@QudsNen) May 30, 2023
Además, las fuerzas de ocupación allanaron este mismo martes el campo de refugiados de Tulcarem, en Cisjordania, lo que provocó enfrentamientos con los combatientes de la Resistencia palestina.
La redada se llevó a cabo para preparar la demolición de la casa de un combatiente del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) que supuestamente estaba detrás de un ataque con disparos en febrero en la localidad palestina de Huwara, al sur de Nablus.
El desalojo forzado de los palestinos de sus hogares, la demolición de viviendas, el asesinato, las redadas violentas y la expansión de asentamientos ilegales se han convertido en las prácticas diarias de Israel en Cisjordania.
Palestina ha pedido a la Corte Penal Internacional (CPI) que rompa su silencio y enjuicie a los israelíes que perpetran crímenes contra los palestinos.