Pobreza de gobernantes, país pobre, pobre país
La extraordinaria cantidad de pobres comprende una niñez y adolescencia que mayoritariamente no puede alcanzar la canasta básica.
No por repetidos los datos oficiales sobre la pobreza deberían dejar de escandalizar a los que gobiernan hace un montón de años y mantienen postrada a la Argentina.
Todo se explica por la inflación que ha alcanzado el nivel récord de los últimos 30 años. Y estamos reflejando el segundo semestre del año pasado, antes de la nueva curva ascendente de precios de este verano, lo que hace presagiar que todo está empeorando aún más.
Mientras siguen macaneando con los Precios Justos y todas las versiones de supuestos controles, los pobres son cada día más. Pero no se hacen cargo porque siempre la culpa la tienen los otros. Explicaciones o excusas, la historia de las victimizaciones de quienes tienen los resortes ya no rinden, cuando esa cantinela se repite gobierno tras gobierno.
La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, a quien no vamos a culpar por los datos recientes de pobreza, resume en un tuit flagrantemente una actitud que caracteriza a los responsables de gobernar con las promesas siempre incumplidas de mejorar las cosas. Le echa la culpa a un grupo no identificado de quedarse con la riqueza que se habría generado con el crecimiento de la actividad. Y remata la serie con el histórico eslogan “Seguiremos redoblando el esfuerzo para tener una Patria más libre, justa y soberana”.
Victoria Tolosa Paz.
Evidentemente, si la pobreza obedeciera a esas causas, y no fueran capaces de doblegarlas, entonces cuál sería la razón para seguir ocupando esos cargos.
La otra evidencia de ese descargo, es la falta de compromiso real con los pobres al no enfrentar la verdad y asumir que, más allá de determinadas circunstancias fuera de control gubernamental, como la sequía, son los gobiernos los que deben generar las condiciones para la inversión, la generación de trabajo, y todas las políticas públicas necesarias para el progreso y la distribución con equidad.
Alberto Fernández suele decirles a todos los mandatarios, y lo acaba de reiterar a Joe Biden, que poseemos minerales críticos, gas, y alimentos para proveer al mundo, sin embargo no hemos asegurado siquiera las comidas diarias para nuestra población.
Es un claro ejemplo de la distancia entre el potencial y la realidad. En el país de la grieta, la diferencia entre lo que somos y lo que podríamos ser está dada por el desempeño de la dirigencia política, de la que dependen todas las demás dirigencias burocratizadas.
¿Los únicos privilegiados?
En democracia la esperanza se renueva, aunque sea mínimamente, depositando las expectativas en los que asumen la función de gobernar, pero que invariablemente después intentan deslindar sus responsabilidades ante los fracasos.
El segundo semestre muestra que 54,2 por ciento de la niñez y adolescencia vive sumida en la pobreza. Los ingresos de sus hogares no alcanzan para llegar a la canasta básica total. El crecimiento de la pobreza en todas las regiones da cuenta de que sectores de la clase media se van pauperizando. Los ingresos familiares subieron en promedio en el período relevado 37 por ciento, pero los precios de las canastas lo hicieron el 44 por ciento. Y el rubro alimentos y bebidas está creciendo por encima de la inflación promedio, lo que explica la cantidad de indigentes.
En Mendoza, si bien bajó un par de puntos respecto de igual período del año pasado, la pobreza volvió a aumentar en relación con el primer semestre, y sigue por encima de la media nacional.
El secretario de Industria, Ignacio De Mendiguren, admite que están trabajando minuto a minuto para evitar una devaluación brusca, que de ocurrir provocaría un impacto en términos de pobreza monumental.
Ignacio De Mendiguren.
Por otro lado, la brecha en los tipos de cambio, un oficial atrasado, y los derechos de exportación desalientan el sostenimiendo de los mercados externos conquistados por nuestra economía regional con alto valor agregado. El “dólar agro” que han anunciado a medias para un lapso de tres meses tampoco genera entusiasmo en la industria vitivinícola. En tanto, el consumo local de vinos está experimentando una caída brutal como respuesta a la caída del poder adquisitivo.
A todo esto, las asistencias que distribuye la Nación con criterio discrecional en concepto de ATN dejaron a Mendoza al fondo de la tabla, con una participación de apenas el dos por ciento de la torta. El gobierno del Frente de Todos otra vez lo hizo. Un nuevo salvavidas de plomo para las chances electorales de los posibles candidatos a la gobernación de Mendoza. En cambio, las intendencias peronistas zafan apoyándose en su gestiones e inserciones territoriales.
Alberto no nos da, pero sus pedidos sí están a la orden, en este caso recurriendo al amigo yanqui para que le tienda un “puente” hacia la otra orilla, o sea para llegar a fin de año. Parece ya olvidar que no hace tanto se abrazaba con fervor a Putin y a Xi Jinping.
Algo al menos ha salido bien, porque se destrabó el nuevo desembolso del FMI, quien también aceptó la flexibilización en el cumplimiento de las metas.
A poco de confirmarse la aprobación del Fondo, la sentencia condenatoria de la sucesora del juez Griesa por la estatización de YPF cayó como un meteorito. Dice Axel Kicillof que se trata de una aberración jurídica, pero es un argumento que debería ser demostrado en los estados judiciales en las instancias de apelación, antes de que el asunto se convierta en un nuevo quebranto para el país, porque ahí sí que ni Biden podrá ayudarnos.
Todo esto pasa, mientras la vicepresidenta se corre del Gobierno para cumplir el rol de comentarista ocasional y se ocupa de propagandear sobre una supuesta proscripción, aunque al mismo tiempo encabeza la principal facción del poder que está gobernando el país. Así de original y contradictoria es la trama que ocupa las páginas políticas de estos tiempos.
Ahora, nadie de ese vetusto elenco estable que sigue dando vueltas en diferentes cargos públicos y legislativos debería decir que no es parte del problema aunque sea en muy diferentes proporciones, si no personajes como Milei no se estarían frotando las manos.