¿Por qué Netanyahu se entrevistó con ‘TV terrorista’?
La entrevista que Iran International realizó al primer ministro de la Entidad Sionista, Benjamín Netanyahu, fue intensa. La cadena, financiada por Arabia Saudí y con una clara agenda anti-iraní, consideró oportuno entrevistar a Netanyahu en medio de la mayor crisis política que haya enfrentado la entidad sionista en su historia, lo que amenaza con socavar los cimientos del estado colonial sionista.
Con este contexto, la entrevista se enfocó en la República Islámica, su programa nuclear y la situación política general en Irán. A lo largo de la conversación, quedó en claro que tanto Iran International, considerada terrorista por Irán, como la Entidad Sionista, a través de Netanyahu, comparten un mismo programa político y una misma visión respecto a la República Islámica: promover un cambio de régimen en el país.
Este objetivo fue el hilo conductor de la entrevista y Netanyahu insistió en presentar a la mayoría de la población iraní como favorable a un cambio de régimen. Además de falsa, esta idea solo tiene en cuenta las voces “occidentalizadas” que cuestionan el proyecto político de la República Islámica, y desprecia a las otras voces mayoritarias dentro del país que consideran que el actual sistema político es legítimo.
Enraizado en una epistemología colonial, este desprecio considera que los problemas políticos surgidos en Occidente deben ser considerados como problemas universales. Sin embargo, es importante recordar que los problemas del mundo, y en particular los de la República Islámica, no pueden ser solucionados desde una visión euro-céntrica. De hecho, los problemas a los que se enfrenta el sur global son problemas a los que Occidente no ha sabido dar respuesta y en muchas ocasiones ha empeorado la situación.
Volviendo a la entrevista, Netanyahu habló sobre los recientes disturbios en el país. En esta parte de la entrevista, el primer ministro sionista intentó utilizar el orden internacional hegemónico para criticar a la República Islámica y la forma en que había abordado la crisis. Sin embargo, la idea de utilizar el actual orden internacional muestra una visión absolutamente acrítica por parte de Netanyahu y de Iran Internacional. La idea de que los países del sur global deben mostrar respeto por una ordenación jurídica internacional que ha consistido desde hace siglos en una mera expansión de las reglas occidentales, demuestra que no han entendido en qué momento político nos encontramos.
Es importante tener en cuenta que el orden jurídico supuestamente universal es una construcción política particular occidental. Esto se evidencia cuando se observa cómo desde el norte global se han violado y se continúan violando estas reglas cuando se cree que es beneficioso. Por lo tanto, no se está abogando por una ausencia de reglas jurídicas a nivel internacional. Lo que se quiere poner de manifiesto es la necesidad de reformular dichas reglas para dar cabida a diferentes formas políticas de estar en el mundo y de relacionarse políticamente.
La entrevista no careció de cinismo por parte de Netanyahu. En un momento determinado, y guiado por las preguntas del entrevistador, Netanyahu miró directamente a la cámara y afirmó en tono solemne: “Estoy con los iraníes”. El nivel de cinismo en esa declaración es evidente para cualquier persona medianamente interesada en las relaciones entre la República Islámica y la Entidad Sionista, la cual no ha dejado en ningún momento de buscar, por todos los medios a su alcance, un cambio de régimen en el país, un cambio que, por otro lado, ha sido infructuoso a pesar de sus múltiples esfuerzos.
En un momento mucho más honesto que el anterior, Netanyahu reconoció estar profundamente furioso con el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán. En un movimiento político habitual, intentó vincular al CGRI con el terrorismo en la región. Esta articulación política forma parte de una cadena de equivalencia que trata de presentar a la República Islámica y a una de sus instituciones más reconocidas, la Guardia Revolucionaria, como una amenaza no solo regional, sino mundial.
Para comprender el odio que el sionismo profesa hacia el CGRI, es necesario entender que la República Islámica tiene una visión política “ummática”, en la que Irán se presenta como el hogar político de todos los musulmanes. Dentro de esta visión, Palestina ocupa un lugar central en su discurso y se convierte en uno de los pilares de su política regional. Por lo tanto, atacar a la República Islámica es equivalente a atacar a Palestina y viceversa.
El Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica se convierte en la herramienta clave de esta visión ummática, y su solidaridad con la Umma se ha traducido en la establecimiento de relaciones con grupos diversos en Palestina y la región, como Hezbolá y HAMAS. Es precisamente esta relación política y militar exitosa lo que explica el odio que la Entidad sionista y sus representantes sienten hacia la República Islámica.
Todo lo anterior explica por qué Netanyahu afirmó en la entrevista que el “cambio de régimen” en Irán era esencial no solo para el régimen colonial sionista, sino también para el resto del mundo. Con esta afirmación, Netanyahu resalta una vez más la necesidad urgente de desmantelar la República Islámica, vista como el principal obstáculo político para la dominación ideológica y militar eurocéntrica.
Este intento de destruir el proyecto político de la República Islámica es precisamente lo que une a ambos proyectos: el representado por el sionismo y el representado por la cadena Iran International. En un nivel discursivo, ambos proyectos tienen como punto nodal el lenguaje occidental, un lenguaje que, como ha quedado claro a lo largo de este artículo, pretende presentarse como universal cuando en realidad es simplemente una creación contingente.
Para pensar que Iran International o el sionismo buscan un mundo mejor para los iraníes, se requiere una suspensión absoluta de la realidad. A ellos se les puede añadir los Pahlavis y sus declaraciones en favor de relaciones “normales” con la Entidad Sionista. Todos estos elementos son pequeñas piezas de un engranaje mayor cuya única función es disciplinar a los iraníes y ahogar sus voces, así como ahogan las voces de los palestinos.