Presidente de México confirma que asesino de jesuitas fue hallado muerto

 Presidente de México confirma que asesino de jesuitas fue hallado muerto

El presidente de México dijo el jueves que pruebas forenses confirmaron que un cuerpo encontrado en el norte de México era el de un líder de una banda de narcotraficantes acusado de asesinar a dos sacerdotes jesuitas el año pasado.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no dijo si las pruebas involucraron una coincidencia de ADN o huellas dactilares.

La hermana del presunto asesino José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, o “El Torcido”, había identificado su cuerpo a simple vista.

El asesinato de los dos amados sacerdotes jesuitas en junio de 2022 había conmocionado a México. Los jesuitas dijeron en un comunicado el miércoles que la muerte del sospechoso demuestra que el gobierno no puede atrapar a los criminales y ha perdido el control de partes del país.

A pesar de nueve meses de supuestas búsquedas de Portillo Gil, las circunstancias de su muerte sugieren que fue ejecutado por su propia banda de narcotraficantes o por una rival. La pandilla de Portillo Gil también estuvo implicada en el asesinato en 2018 de un estadounidense que viajaba por la zona.

Se cree que Portillo Gil fue asesinado a tiros en algún momento del lunes. El cuerpo fue encontrado en un campo el martes, luego de que alguien llamara a la policía para reportar un cadáver.

La Compañía de Jesús, como se conoce a los jesuitas, dijo el miércoles que el mero hecho de que Portillo Gil haya sido asesinado a balazos no significa que se haya hecho justicia.

“Si se confirma que este es el implicado en el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas, su aparición muerta de ninguna manera puede considerarse un triunfo de la justicia, ni una solución al problema estructural de la violencia” en la montañosa Sierra Tarahumara región, dijeron los jesuitas en un comunicado.

“Por el contrario, la falta de un proceso legal adecuado en el caso de asesinato solo implicaría que el gobierno mexicano ha fallado en sus deberes básicos y confirmaría que las autoridades no tienen el control del territorio”, según la Compañía de Jesús.

López Obrador y el Departamento de Defensa habían prometido encontrar a Portillo Gil y llevarlo ante la justicia.

No es raro en México que los cárteles maten a uno de sus propios miembros, si sus fechorías han resultado en una mayor presión policial o militar que afecta el negocio de la pandilla.

Los sacerdotes asesinados, el reverendo Javier Campos, de 79 años, y el reverendo Joaquín Mora, de 80, habían pasado gran parte de sus vidas sirviendo a la comunidad rarámuri en el poblado chihuahuense de Cerocahui, a pesar de la feroz violencia de las bandas de narcotraficantes y los madereros ilegales en la zona. .

Portillo Gil también fue acusado del asesinato en 2018 de Patrick Braxton-Andrew, un profesor de español de 34 años de Carolina del Norte que viajaba por las montañas Tarahumara.

La pandilla de Portillo Gil aparentemente sospechaba que Braxton-Andrew era un agente antidrogas estadounidense y lo mató.

coordenada Informativa

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