Sacan el cuerpo de una niña de un deslizamiento de tierra en Ecuador, elevando el número de muertos a 8
Rescatistas sacaron el martes el cuerpo de una niña de 6 años de entre los escombros de una casa enterrada por un gran deslizamiento de tierra en el centro de Ecuador, elevando a ocho el número de muertos confirmados mientras la búsqueda continuaba por más de 60 personas siguen desaparecidas.
El cuerpo de la niña fue el primero en ser encontrado en aproximadamente 40 horas de búsqueda después del deslizamiento de tierra inicial el domingo por la noche, lo que refleja la dificultad que tenían los rescatistas para excavar entre el barro, las rocas y los escombros. El derrumbe sepultó al menos 50 viviendas en el poblado andino de Alausí.
La niña fue encontrada a una profundidad de 5 metros (5 yardas) en un lado de la parte inferior de la avalancha. Los rescatistas ampliaron la búsqueda en el área para buscar al tío de la niña y dos primos, quienes, según sus familiares, estaban con ella cuando ocurrió el deslizamiento de tierra.
El jefe de uno de los equipos de rescate, Jorge Torres, dijo a The Associated Press que las condiciones del terreno dificultaron mucho la búsqueda ya que los cuerpos “deben estar entre 20 y 30 metros bajo tierra”. Dijo que los rescatistas sentían temblores en el suelo y temían otro deslizamiento de tierra.
Torres dijo que las primeras horas son esenciales para encontrar sobrevivientes y las esperanzas de encontrar personas vivas se desvanecen con el paso de los días. Pero dijo que seguirán buscando con la esperanza de “rescatar a alguien con vida o al menos brindar tranquilidad en medio del dolor con un cuerpo para el duelo de los familiares”.
El jefe del Cuerpo de Bomberos de Quito, Esteban Cárdenas, dijo a medios locales que la zona está cubierta por más de 2 millones de metros cúbicos de tierra, lodo y rocas que han enterrado casas de hasta tres pisos.
A los buscadores, que utilizaban maquinaria pesada, se unieron decenas de indígenas de las zonas cercanas. Los rescatistas del departamento de bomberos, el ejército, la policía y la Cruz Roja estaban exhaustos pero prometieron seguir buscando.
Una razón por la que el número de muertos no fue mayor fue que a fines de febrero las autoridades advirtieron sobre el riesgo de movimientos de tierra en la zona debido a las fuertes lluvias. Cuando las grietas en el suelo comenzaron a ensancharse, los funcionarios recomendaron que la gente evacuara. Algunos lo hicieron, otros no.
Milton Taday dijo que pudo mudar a su madre discapacitada a la casa de un vecino en un terreno más estable que les permitió usar un par de habitaciones.
“Pero ahora todo se está cerrando, la gente está dejando todo por miedo”, dijo. ___ El periodista de Associated Press Gonzalo Solano en Quito, Ecuador, contribuyó a este despacho.