Ucrania mata en un atentado con patinete bomba en Moscú al jefe de la defensa nuclear de Rusia, Igor Kirílov
El jefe de las tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, el teniente general Igor Kirílov, ha fallecido este martes por la mañana por la detonación de una bomba colocada en un patinete eléctrico que estaba aparcado a la entrada de un edificio residencial en la capital rusa, Moscú.
El ataque ha sido posteriormente reivindicado por Ucrania, cuyos servicios de seguridad declararon este lunes a Kirílov sospechoso de crímenes de guerra por haber ordenado el uso de armas químicas contra el Ejército ucraniano.
La portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, ha indicado a través de un comunicado publicado en el canal de Telegram del organismo que también ha fallecido por la explosión el asistente de Kirilov. El Departamento de Investigación del comité ha abierto una causa penal por ambos asesinatos.
Hasta el lugar de los hechos, en el este de Moscú, se han desplazado diversas autoridades, que están llevando a cabo actividades de búsqueda encaminadas a establecer las circunstancias del ataque, que se ha producido cuando Kirílov salía del edificio residencial.
Por ahora, los investigadores han descubierto que el artefacto explosivo, de una potencia equivalente a 300 gramos de trilita, se hallaba en un patinete eléctrico que estaba junto al portal del edificio de viviendas, situado en la avenida Riazanki, en el sureste de la capital rusa.
Kirílov, al frente de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia desde 2017, ofrecía regularmente comparecencias de prensa en las entre otros asuntos aludía a “laboratorios biológicos estadounidenses” en Ucrania. El teniente general, que ostentaba el título de Héroe de Rusia, tenía previsto reunirse este martes con un grupo de periodistas.
Una operación de los servicios secretos
Según ha informado una fuente anónima del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU) a la agencia pública de noticias Ukrinform, el atentado es una operación especial de ese servicio secreto ucraniano.
En el comunicado sobre su investigación contra Kirílov, publicado este lunes, el SBU dice haber documentado más de 4.800 casos en los que las fuerzas rusas utilizaron por orden de este militar armas químicas prohibidas en los frentes este y sur de Ucrania.
“En particular hablamos de granadas de combate K-1, que están equipadas con irritantes tóxicos”, dice el comunicado, que agrega que el uso de estas sustancias está prohibido por la legislación internacional.
El comunicado dice también que más de 2.000 militares ucranianos han sufrido los efectos del armamento químico utilizado por Rusia. Las fuerzas del Kremlin, añade el texto del SBU, lanzan las sustancias tóxicas con drones contra las defensas ucranianas para obligar a las tropas de Kiev a abandonar sus posiciones.
“Cuando las granadas con carga química se activan, sus componentes tóxicos afectan a las membranas mucosas de la persona, sobre todo en los ojos y en las vías respiratorias”, explica el servicio secreto ucraniano.