una avícola tuvo que destruir 360.000 huevos en una polémica con el Senasa
El organismo sanitario que controla la calidad alimentaria dispuso que la empresa tenía que sacrificar 20.000 gallinas por un testeo de gripe aviar. Pero intervino la Justicia.
En un procedimiento que generó polémica y terminó en la Justicia, el Senasa ordenó a una avícola de Corrientes destruir 366.000 huevos que tenían un valor de 26.000 dólares.
El organismo sanitario había dispuesto que la empresa Santa Ana sacrificara unas 20.000 gallinas ponedoras, con el argumento de que había dado positivo un testeo de gripe aviar. El problema es que el mismo Senasa había comunicado posteriormente el resultado negativo de ese examen.
Santa Ana había quedado bajo sospecha porque su predio se encuentra en la zona de control sanitario “por su cercanía a un brote de IAAP –influenza aviar altamente patógena-” que había sido confirmado en la localidad de San Cosme.
Desde la firma señalaron por su parte que el testeo nunca se había realizado, aunque el Senasa había dejado un kit. En ese punto, dieron dos razones: primero, porque lo iba a realizar la veterinaria de la avícola y luego porque iba a cumplirlo uno de los dueños, pero por un problema de salud no pudo realizarlo.
Como la empresa estaba intimada para sacrificar a las aves, reclamó en los tribunales. El juez Juan Carlos Vallejos accedió a detener la matanza y ordenó un nuevo análisis que, según informó el Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, dio negativo.
Sin embargo, el magistrado avaló un pedido del organismo “por razones de prevención y resguardo de salud pública“, donde se dispuso que ningún producto puede salir del establecimiento y, en esa instancia, se produjo la destrucción de los 360.000 huevos, ya que habían quedado sin capacidad para almacenar en el depósito. La salida implicó tirar los huevos para que no fueran consumidos.
Mientras que para los directivos de la empresa “es una aberración destruir alimentos en este país“, y aseguraron que no tenían problemas en donar a comedores, desde el Senasa respondieron que no ordenaron la destrucción de los huevos, pero consideraron pertinente mantener la interdicción a Santa Ana hasta que se cumplan los 14 días desde la primera muestra. Cumplido ese plazo, se tendrá que realizar otro testeo.