Von der Leyen asume la “dura competencia geoestratégica” tras la vuelta de Trump: “El mundo ha cambiado”
La Unión Europea tiene que abrir los ojos. Ese es el mensaje que ha lanzado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante su discurso en el Foro de Davos. Allí, la alemana ha asumido que “el mundo ha cambiado” con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y asume que ahora empieza “una dura batalla geoestratégica”. En ese sentido, la líder del Ejecutivo comunitario avisa de que la UE “tiene que cambiar también”, con una propuesta “abierta” frente al proteccionismo que salga de Washington; así, ha lanzado un mensaje al presidente estadounidense alegando que el Acuerdo de París “es la esperanza” en la lucha contra el cambio climático horas después de que Washington rubricase su retirada del mismo.
El mensaje de Von der Leyen ha sido un baño de realidad para la UE. “En los últimos 25 años, Europa ha confiado en la creciente marea del comercio mundial para impulsar su crecimiento. Pero esos días han pasado”, sostuvo ante el auditorio, en un discurso en el que defendió reforzar el mercado único, abaratar los precios de la energía y completar la Unión del Mercado de Capitales como pasos relevantes para hacer a Europa “más fuerte”. Esa es la premisa que sale ahora de Bruselas: reivindicar la importancia de la Unión frente a modelos como el de Trump.
Eso no quita que la Unión no quiera socios. “Nuestro mensaje al mundo es sencillo: si hay beneficios mutuos a la vista, estamos dispuestos a colaborar. Europa está abierta a los negocios”, dijo, y huyó del pesimismo en momentos de muchas tensiones. Eso sí, hizo suyo un aviso que ya dejó claro hace meses Josep Borrell: Europa tiene que reducir sus dependencias si quiere ser un actor global importante. “Romper los vínculos de la economía global no beneficia a nadie. Europa seguirá buscando la cooperación, con nuestros amigos de toda la vida y cualquier país con el que compartamos intereses”, expuso la alemana.
En esos planes, Bruselas no se plantea ni mucho menos romper con Estados Unidos. “Los intercambios entre la UE y EEUU representan el 30% del comercio mundial”, recordó, por lo que “hay mucho en juego para ambas partes”. Con esas palabras, Von der Leyen lanzó un mensaje muy claro a Trump: “Nuestra prioridad será participar rápidamente, discutir intereses comunes y estar listos para negociar. Seremos pragmáticos, pero siempre defenderemos nuestros principios y valores”. Ese es, concluyó, “el modo europeo” de hacer las cosas y es válido también para la relación con China, con quien, resumió, “hay que explorar las oportunidades” que dé el contexto internacional.
Con todo, a ojos de la presidenta de la Comisión las prioridades de la UE no pueden cambiar. “El cambio climático sigue siendo una de las prioridades de la agenda global: de la descarbonización a las soluciones basadas en la naturaleza; de la construcción de una economía circular al desarrollo de créditos naturales”, explicó ante los líderes empresariales de todo el mundo. El impacto de ese cambio climático, recordó Von der Leyen, “es imposible de ignorar”.
Von der Leyen dejó para el final el resto de avisos a la Administración Trump. “Ninguna otra economía del mundo está tan integrada como la nuestra”, terminó diciendo la líder del Ejecutivo comunitario, en la misma línea que otros altos cargos de la Comisión, como la vicepresidenta Teresa Ribera, que este lunes ya dijo que la idea de Bruselas no era “la confrontación”, sino que el plan pasa por reivindicar los beneficios que reporta la UE a los ciudadanos. “Hay que mantenerse con la cabeza fría”, añadió Teresa Ribera, que lejos de lo que se ha visto en las últimas semanas considera que la Comisión respondió “con claridad” ante las amenazas de Trump sobre Groenlandia.
“Me parece que es obvio, no podemos permanecer sin defender nuestros valores y nuestra integridad territorial. Y creo que estos son principios básicos en las relaciones internacionales: fronteras, valores, orden internacional basado en reglas y cooperación”, expresó la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario. Así, terminó alegando que elevar el tono “no es la mejor manera de responder a una provocación”. La hoja de ruta de Bruselas pasa, en realidad, por la confrontación de modelos: o la integración de la UE o el “aislacionismo” de Estados Unidos.